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20161208

Dinero y surrealismo

Pocas personas en el mundo pueden afirmar que son expertos en economía. Quizás sólo la literatura de ficción puede aportar algún ejemplo. En Fundación e Imperio de Isaac Asimov aparece un personaje llamado El Mulo, con una increíble capacidad psíquica, capaz de romper todos los pronósticos de las computadoras sobre la evolución de la galaxia. Este personaje es una incertidumbre impensable que ni los más intrincados algoritmos han sido capaces de predecir. Sólo hombres como El Mulo, o algunos mutantes de la Marvel, poseen poderes cognitivos sobrenaturales para entender la economía actual. Es un hecho.

La economía no es un fenómeno racional. No se basa en ninguna de las leyes de la naturaleza. Se basa en factores completamente subjetivos y, por supuesto, impredecibles. Cuando hablamos del "pánico de los inversores" nos referimos a una reacción instintiva e irracional. El miedo a perder el dinero es el más irracional de los instintos. Sólo perder la vida lo supera. Y ni eso, porque hay enfermos mentales que preferirían morir antes que perder su fortuna.

En palabras del profesor de economía de Princetown, Michael Lewis, [en las operaciones bursátiles] "el éxito no está tan determinado por el esfuerzo o el talento, sino por la suerte". Es decir: eso de la economía se acerca más a las quinielas de fútbol que a la ciencia pura.

LA IRRACIONALIDAD DEL DINERO

Mucha gente quizás no es consciente de que el dinero es un concepto volátil. Un billete de 500 euros sirve hoy para comprar un móvil y mañana sólo para comprar un guisante. 

El dinero es uno de los fenómenos que más situaciones irracionales ha provocado a lo largo de la historia. Son chistes antológicos que ni Eugenio sería capaz de contar. Uno de ellos es clásico: la hiperinflación en la República de Weimar [1921-1923]. Llego un momento en que un kilo de patatas costaba 8mil millones de marcos. La situación era tan dramática que quemar el papel moneda era más barato que utilizarlo para comprar leña. Es una tremenda paradoja del valor imaginario y surrealista del dinero.
Niños muertos de hambre apilaban montañas de billetes de hasta 500.000 billones de marcos.
Otro ejemplo lo tenemos en tiempos más recientes. Sucedió en Islandia en 2008. Cuando los tres bancos principales de la isla quebraron, la gente se lanzó sobre los cajeros para retirar sus depósitos. En horas no había dinero en efectivo disponible. El gobierno tuvo que ordenar la emisión de urgencia de coronas islandesas para satisfacer la demanda. Pero había un problema. La moneda se imprimía por la empresa británica De la Rue PLC

Los containers con el dinero fresco habían llegado al aeropuerto de Reikiavik, pero el gobierno islandés debía pagar el papel moneda. Lo quisieron pagar en coronas islandesas, pero los británicos dijeron que querían el pago en libras. El gobierno islandés estaba en la lista negra trás negarse a pagar deudas derivadas de fraudes financieros.  Todos sus recursos en divisas en el extranjero estaban inmovilizados. Así que, en una nueva aventura surrealista del dinero capitalista, tuvieron que hacer cientos de llamadas durante la noche para conseguir... ¡un crédito! Vamos, ni Kafka se hubiera imaginado una situación así.