Buscar en este blog

20140723

¿Es Pablo Iglesias un producto de marketing?

Pablo Iglesias es un nombre surgido del éter, que nos hemos acostumbrado a ver en los últimos tiempos, sobre todo en TV. Es lo que llamaríamos un "ultraizquierdista mediático", "un buen comunicador". Su participación en los debates-basura de La Sexta. ha conseguido catapultarle a índices de popularidad estratosféricos. Primer síntoma sospechoso.

Hay que aceptar como axioma que cualquiera que tenga demasiado eco en según qué medios de comunicación no puede inspirar demasiada confianza. Este señor y sus debates en la Sexta con Esperanza Aguirre [enemigos cordiales] no deja de ser un producto para saciar y redirigir el ultraizquierdismo social latente. Antes que él surgió otro pufo, llamado 15M, sin señas de identidad ni dirección. Sólo tenía como objetivo abrir un poco la válvula para que la chusma desahogara de forma gratuita su descontento. Hoy en día queda clara la intervención de "extraños conductores" en dicho movimiento, por no llamarlo verbena. El resultado de dicha verbena fue la mayoría absoluta del Partido Corrupto, que hoy disfrutamos. Pocos meses después de aquel Mayo 68 de Mercadillo vinieron las reformas laborales más brutales, mayores diferencias de renta entre la sociedad y una minoría privilegiada y continuó el rescate a los bancos con dinero público. Tanta efervescencia no tuvo ningún resultado positivo.

Es mucho mejor saciar el apetito del ultraizquierdismo social latente, permitir que tome el aire un poco, que dejar que el ultraizquierdismo social latente piense por si mismo. Eso es Pablo Iglesias. Juegan con los simbolismos que colman los anhelos ultraizquierdistas latentes. Se llama igual que el fundador del PSOE, es un jipi guapetón, tiene carisma, va de politólogo, es "superhonrado" porque viaja en clase turista, etc. Tópicos con los que engañan a un segmento del mercado electoral, que añora los viejos símbolos de la izquierda clásica. Pablo Iglesias acaba sus actos públicos con canciones de Violeta Parra. El público corea el consabido "El pueblo unido, jamás será vencido". El ectoplasma de Allende inunda la escena. Es una estrategia sentimental, fácil. Con ello generan artificalmente una tendencia de “opinión pública” con la que apaciguar la ansiedad de los rojos sociológicos censados y controlados. Pablo Iglesias os dirá lo que queréis oír.
¡Yo soy vuestra Iglesia!
Hoy en día tienen todos los medios para crear fenómenos políticos de la nada. Facebook, Google y Whatsapps son excelentes fuentes de información para detectar un crecimiento algorrítmico alarmante de palabras como "lenin" o "robespierre". Hay demasiada gente escribiendo la palabra "corrupción" en su muro de Facebook [sic] ... Lógicamente, antes de que pueda surgir un fenómeno inesperado de la ira y la frustración del populacho, ellos se apresuran a crear un sucedáneo. O si no lo crean, instrumentalizan lo que ya existe con fines meramente utilitarios. La política es un billar con un número de carambolas infinito.

Mi opinión es que Podemos llegará debilitado a las elecciones generales de 2015, ayudará en extremo a diluir al PSOE e IU, con lo que podemos dar por hecha otra mayoría del PP, ayudados quizás por UPyD y los parias de Ciudadanos. La historia del 15M puede repetirse. Primero viene una gran floración, pero luego el grano revienta y de él sólo sale pus. No es lo que yo deseo, por supuesto, pero es una quiniela previsible.

A fin de cuentas, el programa de Pablo Iglesias sólo aboga por un Estado "social" según el modelo de la socialdemocracia anterior al Tratado de Maastritch. Las soluciones keynesianas y pretender un capitalismo de mercado "normal" son un sueño irrealizable, porque es sabido que la sociedad de consumo y las cadenas de producción, por no decir todo el modelo social creado por Henry Ford en los años 20, está "default". El famoso cambio sistémico es una realidad cierta. Esto no es una crisis como la de los años 70; es un doloroso parto del que tendrá que salir algo nuevo. De ahí que Pablo Iglesias y su realismo posibilista no resulten demasiado atractivos. Hay que mirar "un poco más allá" y hay que hacerlo ya.

El programa de Podemos lo hubieran firmado Willy Brandt y Olof Palme en los años 70's.

Lo más sorprendente de este nuevo gurú es su constante presencia en debates de máxima audiencia. Vamos a suponer que los accionistas de un medio de comunicación sólo actúan en función de sus propios intereses. Bueno, más que suponerlo, es otro axioma indiscutible. No hay que ser muy listo para ver quien compone el accionariado de La Sexta, canal que le ha servido de trampolín a este nuevo partido surgido de la nada:

• 51% GAMP (Grupo Audiovisual de Medios de Producción), made up of:
• 69.95% Grupo Árbol-Globomedia (Emilio Aragón) and Mediapro
• 9.8% Bilbao Bizkaia Kutxa (Basque bank)
• 8.25% El Terrat (Andreu Buenafuente)
• 12% Bainet (Karlos Arguiñano)
• 40% Televisa (a Mexican media conglomerate)
• 9% smaller investors such as Gala Capital (property of George Soros)

Aaaaaaah, vale. George Soros, ni más ni menos. Por internet corre la teoría de que este chacal financiero esta usando el descontento de la periferia de la UE para forzar a Alemania a aceptar los eurobonos, lo que le daría la oportunidad de realizar una más de sus muchas operaciones megaespeculativas.

Hay que reconocer que se lo montan bien a la hora de dominar el cerebro colectivo de la chusma. No nos engañemos. Este jipi guapetón aparece en la Sexta debatiendo con la Margarett Trucher española [la condesa Aguirre] porque estos tipos fabrican “mesías” a medida de las demandas del mercado electoral. La condesa, líder de la ideología criminal-neoliberal, baja la cabeza ante este Superman de lengua afilada, y hasta parece humana. Y lógicamente, hay un "segmento electoral" que se va a dormir esa noche con una sonrisa en los labios... Las falsas ilusiones de este teatro de marionetas procuran fantasías anestesiantes para un público dolorido y cansado.
Una vez más, el espacio político de izquierdas aparece fragmentado. Eso sin contar que Pablo Iglesias no sea más que un señuelo mediático de una socialdemocracia imaginaria, o una marca blanca con la que vender el mismo producto de siempre. Lo cierto es que en la biografía del personaje hay algunas lagunas importantes, aunque de forma sorprendente el tipo es seductor y tremendamente convincente. Parece haberse aprendido la lección de carrerilla. Cualquiera que esté a la izquierda del PSOE tiene una caja de resonancia en Pablo Iglesias. En España hay un importante sector de la sociedad muy ligado a determinadas tradiciones políticas, denominadas "de izquierdas", y Pablo Iglesias ha bajado de los cielos para satisfacer esa demanda.

Veremos como acaba esto.