Las tendencias de moda son una magnífica manera de expresar tu personalidad. Eres tan genuino, que sigues a rajatabla los dictados de las marcas de ropa, los reality-shows y los cantantes de hip-hop. Exhibir los símbolos que determinan tu pertenencia al rebaño no rebaja tu tremenda originalidad. Pero tu estilo está incompleto si no revela tu condición de perturbado, zumbado, desquiciado, desequilibrado, tarado y degenerado.
Cada tendencia de moda está asociada a un síndrome. Este tutorial te ayuda a descubrir cual es el que mejor define tu personalidad.
EL SÍNDROME DEL ABDUCIDO HIPNOTIZADO
Eres tímido y no tienes personalidad. Te escondes tras la pantalla de tu móvil para parecer interesante. Necesitas aparentar que estás concentrado en importantísimos asuntos. Tienes que hacer creer que tus contactos de Wachaps no te dejan en paz. En realidad, todos sabemos que en lugar de navegar por Internet, lo tuyo es naufragar en tu propia existencia.
EL SÍNDROME DE LA OVEJA ESQUILADA
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Izquierda, máquina para rapar cráneos | Derecha, máquina para esquilar ovejas |
¿Necesitas reafirmar tu masculinidad? ¿Quieres dar una apariencia de hombre rudo y varonil...? Nada mejor que un peinadito así, rapadito. Las abolladuras de tu cráneo producen daño a la vista. Pero a ti te da igual. La ausencia de pelo no es la única ausencia que se aprecia en tu cabeza. Por suerte, los precursores de tu moda peluquera hace tiempo que están criando malvas:
[NOTA: Con todos nuestros respetos por las víctimas de la alopecia...]
EL SÍNDROME DEL MONJE RAPERO
Te sientes misterioso y amenazante, pero no eres más que un piltrafilla. Te escondes..., ¿de qué? No te quitas la capucha ni para ir al retrete. Crees que inspiras temor, pero en realidad no asustas ni a las viejas. Todo el mundo sabe que eres un fantasma.
EL SÍNDROME DEL HOMBRE ANUNCIO
Antiguamente, el hombre anuncio era una persona que se ganaba la vida con un letrero colgado del cuello. Tú, en cambio, eres un pobre diablo que camufla sus carencias personales con logos de marcas de moda. No sólo le haces publicidad gratis a multinacionales inmundas; además les pagas por ello. Tu snobismo te hace creer que llevar ropa y zapatillas deportivas de marca es cosa de glamour y prestigio. Te hacen sentir superior. En realidad no eres más que un pijo gilipollas.
EL SÍNDROME POWER RANGER
¿Hi Man? ¿Conan? ¿Los Geyper-Man? ¿El increíble Hulk? ¡Como añoras todos aquellos muñecos gracias a los cuales descubriste la masturbación! Antes de ir al gimnasio e hincharte a anabolizantes, creías que tu nivel de testosterona no era suficiente. Las chicas de tu barrio te admiraban... ¡Ay no! Que a ti sólo te gustan los hombres que se parecen mucho a ti mismo.
EL SÍNDROME DEL WATER LLENO DE GRAFFITIS
¿Masoquismo? ¿Insatisfacción? ¿Frustración? ¿Trastorno compulsivo? ¿Fetichismo? ¿Narcisismo exacerbado? ¿Complejo de acuarela? ¿Regreso al canibalismo...? Nadie sabe lo que te pasa. Esa tendencia a ser como la tapia de un polígono industrial no tiene ninguna explicación racional. La necesidad de pintarte como si fueras un jarrón tiene desconcertados a los psiquiatras.
EL SÍNDROME DE LA "GLOBALIZACIÓN"
Antiguamente, el ideal de belleza femenino lo encarnaba una mujer elegante de pecho proporcionado, o con muy poco pecho. Los ejemplos son múltiples:
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De izquierda a derecha: Roma, s. XVI, s. XIX |
Las mujeres excesivamente tetudas se relacionaban sobre todo con la leche materna. Cuando pasaban por la calle, la gente se apartaba de ellas y les cedía el paso, como se haría con una vaca para que no te atropelle.
Todo eso cambió con la llegada de la "cultura" de masas. El millonario estadounidense Howard Hughes , un chiflado que padecía un trastorno obsesivo-compulsivo, financió varias películas de Hollywood en los inicios del cine sonoro. Su obsesión megalítica por las tetas gigantes acabaría convirtiéndose en una "tendencia de moda" y marcaría el rumbo de las preferencias sexuales en el futuro.
Hoy, los clichés empujan a mucha gente a considerar ciegamente que una mujer estúpida que se mete dos globos de plástico en las tetas es sexy... En absoluto: la estupidez no es sexy.
EL SÍNDROME DE LA JOYERÍA AMBULANTE
Este es un síndrome que está siendo estudiado por psiquiatras de al menos 140 países. Ateniéndonos a la relación subsconsciente esbozada por Freud entre el oro y los excrementos no es de extrañar que los más mierdosos individuos sean los que más oro exhiben. Es el summum del quiero-y-no-puedo. Complejo de inferioridad en estado sólido.
EL SINDROME CHEMARI
Llevas el mismo peinado que Superman. ¡Felicidades! Pero eso no implica que seas un superhombre. Tus superpoderes quedaron seriamente debilitados después de descubrirse que en Irak no había armas de destrucción masiva. Todo el mundo sabe que eres un chapero. Un chapero liberal para ser exactos.
EL SÍNDROME DEL COLADOR
Tu vida cambió el día que viste el colador de tu madre. Tu madre, en si misma, era un auténtico colador. Fue una experiencia penetrante que marcó tu etapa prepúber. ¡Tú querías ser como él! Tus tendencias masoquistas se vieron por fin satisfechas mientras te agujereabas la piel todos los días. Estás enfermo pero al fin has encontrado el agujero que te corresponde.
EL SÍNDROME DE LA SOMBRA EQUIVOCADA
La gorra de béisbol tiene una visera para que no te dé el sol en los ojos. Si te la pones hacia atrás, tiene lógica. Quiere decir que no hace sol. Pero si te la pones de lado, la sombra te da en la oreja, lo que no es muy útil. Tú lo sabes, pero necesitas demostrar lo original que eres. Eres como un avión con una sola ala. Eso explica tu desequilibrio mental.
EL SÍNDROME DEL GAFAPASTA MODERNAKA
Tus conocimientos cinéfilos son de largo alcance. No hablemos ya de la appssss para encontrar restaurantes hawaianos. El Windows 10 está manipulado y sólo tú lo sabes. Tu sabiduría ha sobrepasado todos los límites. Te sabes wikipedia de la A a la Z. Tu próximo objetivo es que inventen una aspirina de 2 metros de diámetro para que alguien te soporte.
EL SINDROME DEL YIHADISTA GAY
Tu sueño era unirte a la rama
Rainbow de Al-Qaeda. Hasta que descubriste que eso no existe. Te fuiste a Irak para ver quién la tiene más larga. Pero resbalaban en tus charcos de aceite cuando fueron a "liberar" Siria. A los moros estos aceite no les falta, ¿sabes?
EL SINDROME DE LA FREGONA NUEVA
Fregonas, mopas y escobas han sido siempre una fuente de inspiración para ti. Cuando eras pequeño veías a la Bruja Avería por TV y te sentías excitada. Tú querías ser como ella. De ahí tu
averiado concepto de la estética. Pero en definitiva, ir con esa pinta de mocho por la vida era todo a lo que aspirabas, ¿no?
EL SÍNDROME DE LA FREGONA DESHILACHADA
Pareces un mocho que lo han usado para fregar la cama de un fakir. Sabes que con ello demuestras tu
doble personalidad. Pero tú te sientes irresistible. Si te miran por la izquierda, pelo largo. Si te miran por la derecha, calva. ¡Genial! Esa dualidad te hace sumamente original... y bipolar.
EL SÍNDROME DEL GITANO GIGOLÓ
Sabes que eres irresistible. Lo sabes tú, pero nadie más. Todas la
churris del
feis están locas por ti. Si mañana anunciaras tu boda, muchas de ellas llorarían. Tienes que atender demasiadas solicitudes. Te sientes desbordado. Cuando vas a la discoteca, tú no vas a bailar como una loca. No: tú eres un lobo, un cazador nato. Hueles el rastro de los hímenes expectantes y pasas la noche explicándoselo a tu amigo
Mojamé.
EL SÍNDROME LOLITA PUTIFINA
¿Adónde vas con esa apariencia de putilla de guardería? Ni tú misma lo sabes. Pretendes hacer creer que eres inocente, cursi, cándida e infantiloide... Así que explotas tu rol de niña virginal hasta donde cuela. Gracias a tu capacidad para la maquinacion narcisista, pasas por una chica pulcra y refinada. Eso fue hasta que te violaron tres camioneros rumanos. Desde entonces te dedicas a la
bollería industrial.
EL SÍNDROME DE LA MONA CON LAS NALGAS INFLAMADAS
Las tendencias de moda no paran de sorprendernos. Este es un síndrome que bien podría ser llamado "Síndrome entre los Síndromes". Marca sin lugar a dudas el definitivo declive de la sociedad Occidental y la involución de la especie humana. Según el National Geographic en la época de apareamiento a la hembra del madríl se le ponen las nalgas incandescentes para atraer la atención del macho dominante. Pues esto es más o menos lo mismo. Es bioloJía en el sentido más primitivo de la palabra.
WARNING: Se recomienda usar todas estas tendencias con precaución. No poner al alcance de los niños. Contraindicado en casos de exacerbado narcisismo, fetichismo, coprofagia, trastornos de la personalidad, paranoia, tendencias masoquistas y/o sucidas.