20070219

Entrevista con un vampiro español

El mundo de los vampiros siempre ha suscitado una especial fascinación. Ser inmortal, alimentarse de sangre y tener horror a un crucifijo es una combinación de factores cuando menos interesante. En primera instancia lo más recomendable es viajar a Transilvania, para ver si hay algún especimen entre los aborígenes de aquellas montañas. Pero a veces no hace falta ir tan lejos. En España malviven una decena de vampiros censados. Hoy en día son un colectivo integrado en la Seguridad Social, pero aún queda algún individuo marginal que prefiere vivir según la tradición y no ceder al chantaje del cada vez más mermado Estado del Bienestar. No fue difícil dar con uno de ellos. Andaba dando vueltas alrededor del camión de las donaciones de sangre, a las doce del mediodía, con un traje ignífugo. Nos acercamos a él:

PINCH KLUB: Perdone, ¿es usted un vampiro?
VAMPIRO: En efecto, joven, ¿cómo lo ha sabido?
PINCH KLUB: Por las zapatillas que lleva, supongo. ¿Podríamos hacerle unas preguntas?
VAMPIRO: Sí, vamos a mi guarida. Me estoy asando con este modelito.

Fuimos hasta el sótano de una bodega en la zona antigua de la ciudad. Al entrar por el portalón nos sorprendió un increíble olor a ajo. Nuestro vampiro se había quitado la caperuza y llevaba una pinza en la nariz.

VAMPIRO: ¡Maldito bar de tapas!
PINCH KLUB: ¿Cómo puede vivir aquí? ¡Debe ser un suplicio para usted!
VAMPIRO: Es un inconveniente menor. Antes vivía al lado de una funeraria. No sabe usted lo que es estar todo el día viendo crucifijos… Por suerte, allí tenía todos los ataúdes que quería.
PINCH KLUB: ¿Tiene problemas de vivienda?
VAMPIRO: Pues claro, que se piensa. En el siglo XIX todo esto no pasaba. Había un montón de castillos abandonados que se podían okupar. Estos tiempos modernos son una mierda. Por este semisótano estoy pagando 900 € al mes.
PINCH KLUB: Hombre, no sea exagerado. Los tiempos modernos tienen sus cosas buenas y malas. Y ustedes, los vampiros, cobran todos la paga por invalidez permanente...
VAMPIRO: Perdone, joven. Para un vampiro estos tiempos modernos no tienen ninguna ventaja.
PINCH KLUB: ¿Tiene usted la nacionalidad española?
VAMPIRO: ¡Pues claro! ¿Qué se cree usted? ¿Qué soy un sin papeles o qué?
PINCH KLUB: ¿Cuál es su nombre?
VAMPIRO: Me llamo Rodrigo Gómez.
PINCH KLUB: Qué nombre tan vulgar. Pensábamos que todos los vampiros tenían origen aristócrata centroeuropeo y se llamaban en plan Von Muerden y tal…
VAMPIRO: Se equivoca. Vampiros hay hasta en Torremolinos.
PINCH KLUB: ¿Cuándo nació usted?
VAMPIRO: Hace unos 400 años…
PINCH KLUB: Vaya, esta usted en la flor de la vida. No entendemos este mal humor…
VAMPIRO: Hoy en día todo el mundo se da cuenta de que eres un vampiro.
PINCH KLUB: ¿A qué se refiere?
VAMPIRO: Pues mire. El otro día estaba chateando con el desele ese y cuando le pregunté a una chica si tenía el cuello largo y las venillas azuladas sospechó de mi enseguida… Y ahora me ha borrado de sus contactos.
PINCH KLUB: ¡Que putada! ¿A qué lo atribuye?
VAMPIRO: El cine, joven. Hoy en día todo el mundo te pilla el rollo de inmediato. Al dentista ya ni vayas. Yo me paso la gran parte de las horas de sol en el metro ¿sabe? ¿Se imagina usted algo más aburrido que el metro? Al cabo de las horas siempre da por bostezar. ¡Ya la has cagao! Como te vean los colmillos se queda el vagón vacío.
PINCH KLUB: Bueno, no hay nada fácil en esta vida. Cada uno arrastra su propia cruz.
VAMPIRO: Le rogaría no volviera a pronunciar esa palabra.
PINCH KLUB: Hummm, sí, perdón.
VAMPIRO: En el XVII todo era muy diferente. Era sumamente fácil hincarle el diente a un publerino o una pastorcilla…
PINCH KLUB: ¿No le da vergüenza?
VAMPIRO: ¡Para nada! Necesito beber sangre de doncellas vírgenes, sino me salen varices.
PINCH KLUB: Perdone, las varices sólo las tienen las mujeres.
VAMPIRO: ¿Usted qué sabe? El médico de cabecera me dijo que si seguía bebiendo sangre de animales y comiendo morcillas me iba a dar algo…
 
PINCH KLUB: ¿El médico del seguro es un vampiro?
VAMPIRO: No, pero le soborno poniéndole en contacto con vampiras ninfómanas.
 
PINCH KLUB: ¡Usted sí que sabe! Pero…, ¿qué pasará el día que le falte la sangre humana?
VAMPIRO: No quiero ni pensarlo. Un vampiro que no bebe sangre humana mengua físicamente y acaba convertido en una ladilla.
 
PINCH KLUB: Y usted…, ¿cómo se lo monta?
VAMPIRO: Pues…, ¡cómo buenamente puedo! Trabajo por temporadas en un parque temático y organizo visitas guiadas al castillo del Conde Drácula. He llegado a trabajar incluso como agente de seguros.
 
PINCH KLUB: ¿Cuál es su trabajo ideal?
VAMPIRO: Trabajar de extra en películas, por ejemplo.
 
PINCH KLUB: Películas de vampiros, claro…
VAMPIRO: No, películas porno. ¿O acaso no ha oído hablar de la proverbial potencia sexual de los vampiros?

PINCH KLUB: Es usted un embustero. Sólo el 0.1 % de las películas porno tienen "extras".
VAMPIRO: Es usted muy ignorante, joven. Cuando al actor principal le da el gatillazo, ¿quien se piensa que le sustituye en los primeros planos? ¡Un menda!

PINCH KLUB: Si, pero eso no aclara como consigue usted la sangre. Por lo que explica, no todo el mundo es tan primo para dejarse moder…
VAMPIRO: Hay otras vías. Tengo contactos dentro de un Banco de Sangre.
 
PINCH KLUB: Sobornados también con vampiras ninfómanas, suponemos…
VAMPIRO: No, a estos los tengo acojonaos.
(Risas)
PINCH KLUB: ¿Y como se bebe usted las bolsas de plasma? ¿Las vierte en una copa de brandy o qué?
VAMPIRO: No, agujereo la bolsa un poco y meto una pajita. Es más cómodo.
 
PINCH KLUB: Si un día no dispone de sangre ni puede asaltar a alguien para moderle, ¿qué hace? ¡Usted no puede llamar al "Sangre-Hut"!
VAMPIRO: Bebo tinto "Don Simón" con Baileys, que se parece bastante.
 
PINCH KLUB: ¿Alguna vez se ha encontrado en una situación embarazosa?
VAMPIRO: Pues si. En una ocasión no pude morder a nadie en tres semanas…

PINCH KLUB: ¡Eso es terrible!
VAMPIRO: Era en pleno verano y los donantes estaban todos de vacaciones en Benidorm.
 
PINCH KLUB: ¿Y qué hizo?
VAMPIRO: Tuve que meterme en varios lavabos de señoras…
 
PINCH KLUB: ¿Para…?
VAMPIRO: Para buscar compresas…

PINCH KLUB: ¡Qué asco! ¿Y que hace? ¿Disuelve sobre su lengua ese flujo menorrágico coagulado?
VAMPIRO: ¡En absoluto! ¿Qué se piensa? ¡Me hago un té!
 
PINCH KLUB: Perdone, pero eso es un chiste muy antiguo.
VAMPIRO: Si, claro. ¿Y de dónde cree que ha salido?
 
PINCH KLUB: Bueno, vale. Sólo una pregunta más.
VAMPIRO: Disme.
 
PINCH KLUB: ¿Ha conocido alguna vez un vampiro con dentadura postiza?
VAMPIRO: ¡Claro que no!
Nos retiramos cuando comprobamos que Rodrigo Gómez comenzaba a ponerse de color azul. Ese síntoma era indicativo de que su organismo estaba pidiendo una dosis de sangre. Si se ponía de color pitufo, la integridad de nuestra vena del cuello corría peligro. Así que dimos por cerrada la entrevista.
VAMPIRO: ¿No podrían pincharse el dedo un poquito antes de irse? Anda, payo, dame argo.
PINCH KLUB: Mi sangre está llena de nocotina y alquitrán. Supongo que usted pasa de pillar una enfermedad cardiovascular o perder su proverbial potencia sexual...
VAMPIRO: ¡Eso nunca!