En los
años 80's, a falta de ipods, cámaras, móviles y ordenadores personales, algunos teníamos que conformarnos con alguna foto esporádica del fotomatón del metro o de la boda de tu prima, cuando no escribiendo nuestra vida en una simple cuartilla. El bolígrafo y la máquina de escribir sustituían en cierta manera a la tecnología actual. Tengo la gran suerte de haber escrito ingentes cantidades de diarios, muchos de ellos de puño y letra, en los que narro mis aventuras cotidianas. Conciertos, chicas, marchas, amigos, aventuras, tonterías, etc. Si en aquella época hubiesen existido los blogs le llevaría unos mil post de ventaja a
Chasky's Freaky Blog. Esas crónicas diarias, escritas por temporadas, son la fotografía del móvil que nunca existió. Me parto el pecho conmigo mismo, con lo que escribía sobre mis amigos, sobre mis aventuras con chicas e incluso con la música que escuchaba. Me parto el pecho con "entradas" donde, debajo de la fecha, pone: "
Algún día tenía que ocurrir: tengo 24 años". Me quejo de lo viejo que soy y echo de menos la época de cuando tenía 19. Pero si hay algo con lo que me parto es con la jerga utilizada por aquel entonces, que continua en su mayor parte vigente:
Para salir de
marcha se necesitaban unas
libras. Siempre había algún
pavo buitraker con mucho
morro que te pedía una
libra. Los
makokis eran unos gilipollas muy pesaos. Colega,
enrróllate, joder. Si un
pavo no era
legal, había
mosqueo. En los
antros mogollón de
basca se fumaba un
maid, un
fly o un
trallo. Las entradas con derecho a
privar se conseguían
por todo el morro. Los
colegas trabajaban como
mensacas,
dando rulos con la moto o vendiendo
costo.
Curro no había mucho, así que todos los jóvenes sobrevivíamos haciendole la
pirula a los
viejos. Muchos habían hecho la mili en los
paracas, pero otros consiguieron
abrirse antes. Aquello de la mili era un
mal rollo, una
paranoia y una
comida de tarro. Lo mejor para evitar las
comidas de coco, los
malos rollos y las
paranoias era irse a dar un
vuelto. Si te
apalancabas en el
keo te entraba el
muermo y eso podía ser fatal. Quedarse a
papear con tus viejos, que te daban la
barrila sin parar, era
¡el horror! Te
emparanoiabas mogollón si no te llamaba ningún
tronko para ir a
privar unos
cubatas y
descojonarse un rato diciendo
paridas. Había que ir a
ligar... lo que fuera. Me voy a
ligar un walkman. Voy a
ligar perica. Voy a
ligar invitaciones para Studio 54. Voy a
ligarme unos bombachos. He
ligao un constipao de la hostia. Me he
ligao a una tía que está muy buena. Ah, si: es la misma que me dijo que eres un
pulpo. Esto solía ser una
trola porque en los 80's las tías buenas estaban
apalancadas en sus
keos esperando que llegara un
tío maqueao en plan principito azul. En los
baretos sólo encontrabas adefesios pseudo
punkis con el pelo tirao p'arriba o
siniestras rellenitas con el pelo cardado. Las tías eran muy importantes, pero había una cosa que las superaba: el
tocata y tu colección de discos. Había que ir con mucho cuidado a la hora de hablar de estos temas. Si venía un
kumbayá y te decía que le gustaba Joan Baez podía considerarse muerto. El
horror más horroroso era:
a/ amuermarse y apalancarse en el keo con los viejos
b/ volverse moña o maruixa
c/ no tener molla para irse de marcha
d/ que el vecino jipi pusiera a todo volumen a los Creedence Clearwater Revival
e/ que se rallara tu disco favorito de Aviador Dro
f/ acompañar al mercadillo a Ana Mª durante meses para que después se enrrollara con un jipi-kumbaya que trabajaba en la coixa-de-pensions.
Los 4 Arquetipos de los 80's: jipi-kumbayá, punk, mod-new wave y pijo de discoteca
Todos los modelnos cuidábamos mucho nuestro look y nuestro flequillo pero no éramos moñas. Que va, para nada. Qué partida de pecho. Había que dejarlo claro ligandose a todo lo que se pareciese a una mujer. Si un colega se buscaba un fiji con una petarda le poníamos verde. Todo lo que nos gustaba era TOTAL. Esto me mola, ¡es total! ¡es auténtico! ¡demasiao pal cuerpo! ¡qué wai! Si alguien que iba ciego te molestaba, le dabas el toque. Había demasiados colgaos por el mundo que iban de manguis. Te podían meter en un marrón. Se enrrollaban más que una persiana y todo era un rrrrrolllooooo macabeo pa sacarte la guita. Te daba mal rollo tanta comida de coco. ¡Qué horror! Una auténtica movida. Dos maderos te habían pedido el dni de camino a un antro. ¡Qué giñe! Una movida era lo que había ocurrido la noche anterior cuando sin darte cuenta te enrrollaste con una yonqui. ¡Qué flash! Una movida era lo que hacían unos colegas que se dedicaban a vender imanes de nevera por las casas... Todo, todo, todo era una movida.