20130122

¿Lo llamamos capitalismo o directamente crisis?

Este breve repaso a la situación económica de la España de los últimos 50 años no se va a basar en datos macroeconómicos engañosos, sino en la percepción y la experiencia de muchas personas que han tenido que padecer dichas CRISIS. Los datos pueden ser más o menos fiables, pero las experiencias de muchas personas en el contexto histórico y social son igualmente válidas. Muchos españoles de a pie se van a ver reflejados en este relato. Los períodos de CRISIS en España desde la finalización de la guerra civil hasta el día de hoy han sido innumerables, hasta el punto que se puede afirmar que en España CRISIS y CAPITALISMO [alias "libre mercado"] son dos palabras que van intrínsicamente unidas. Desde la perspectiva de las clases baja y media, es fácil percibir los períodos de CRISIS por el descenso alarmante de ingresos y la sensación de inseguridad. Dejando al margen los períodos de la propia guerra civil y la posguerra, lo cierto es que la historia de la España reciente está jalonada por CRISIS periódicas que, en su cómputo general, suman más años de duración que las etapas de presunta prosperidad. Se puede afirmar sin el menor género de dudas que eso que conocemos como “sistema de libre mercado” no ha generado una situación de estabilidad económica para el conjunto de los españoles nunca. Ha generado un enriquecimiento ficticio, en muchos casos, pero no un sistema justo y seguro. En la actualidad, España va a tener que pagar con creces su 'ilusión' de riqueza, asfixiada por sus compromisos con la troika comunitaria y los 'inversores' conocidos con el sobrenombre de 'los mercados'.

Es difícil precisar la duración de la posguerra, un período que podemos dejar al margen del análisis de las CRISIS, ateniéndonos a su condición de resultado lógico de una guerra devastadora. Por la experiencia de muchas personas, 20 años después de la finalización del conflicto, en 1959 (una fecha prudente para dar por finalizada esa época de penurias) España estaba sumida en una tremenda CRISIS que no era ya una consecuencia directa de la guerra, sino como apuntan muchos, del fin del período autárquico de la dictadura y el difícil encaje de una dictadura fascista en el contexto post-Nuremberg. Una época de estraperlo, mamoneos e influencias, como viene siendo habitual en este país. A partir de ese momento se impulsa un plan de estabilización, de la mano de los tecnócratas del Régimen, con el apoyo de un Plan Marshal B auspiciado por el general Eisenhower, que abrirá el país a la economía internacional. Se supone que en 1959, la “economía de libre mercado”, de la que el franquismo alardeaba de ser su más fidedigna expresión en su propaganda oficial, estaba a punto de despegar con la llegada de los años 60. Pero el plan de "estabilización" puesto en marcha en 1959 sumió a la gran mayor parte de los españoles en una brusca CRISIS que no se vería superada hasta el segundo semestre de 1960. Los planes de desarrollo, el turismo y la tímida apertura hacia el exterior llevaban en su seno la propaganda del progreso económico. Pero muchas personas pueden certificar que los años 1959 y 1960 fueron muy malos desde la perspectiva de las clases populares. 
¿La Albania comunista? No, la España "del libre mercado" de Francisco Franco en los años 60's.
Es cierto que entrados los años 60 se inicia un período de expansión de la economía española, alentado por el incremento de ingresos por turismo y el aumento de las exportaciones. Un país que había vivido hasta aquel momento en una autarquía casi absoluta se encontraba de repente con una fuente de ingresos adicional que procuró, sin duda, unos años de prosperidad. Son los años del 600, los domingueros, las suecas en bikini, el pluriempleo y, como no, los grandes negocios inmobiliarios, sobre todo en grandes ciudades como Barcelona, que recibieron mucha inmigración. No es que esa nueva adscripción del franquismo a la "economía de libre mercado" fuera la causa de dicha situación. El planeta entero vivió durante los años 60 una época de esplendor económico, lógico para la época de la que estamos hablando, a quince años vista de una Guerra Mundial. Sólo como ejemplo, a principios de los años 60 Gran Bretaña tenía una gran escasez de mano de obra. Ese Londres "interracial" que hoy conocemos es producto de esa escasez. Había trabajo para todo el mundo y dentro de ese contexto, España no era una excepción. La frase "Con Franco vivíamos mejor" es tremendamente irónica. Haber vivido peor era prácticamente imposible. 
Este fue el único error de Lennon y Cia en toda su historia. Imperdonable.
Pero ese período de relativa prosperidad, que tenía como base sueldos bajos y pluriempleo, se podría contabilizar en unos 6-7 años como mucho, siempre desde la perspectiva de las clases baja y media, las cuales obviamente no comenzaron a notar los efectos del "desarrollismo" franquista desde el primer minuto. La entrada de los años 70 se produjo en un contexto de declive de la economía internacional. En 1971 la economía de los EEUU entró en recesión. Yo tenía doce años en esa época y pude percibir claramente que los tiempos de felicidad luminosa de mi infancia se habían acabado.

Generalmente, se suele fechar el inicio de la siguiente CRISIS del capitalismo mundial en 1973, pero lo cierto es que en los primeros años 70 el ambiente de CRISIS ya flotaba en el ambiente. Muchos otros países entraron en recesión incluso antes. Está documentado que Gran Bretaña, por ejemplo, ya lo estaba desde 1969. Y la cuestión todavía se vería agravada, más si cabe, con la CRISIS del petróleo iniciada por la OPEP en 1973. Los precios del crudo iniciaron en ese momento una escalada sin fin, lo que sumió a la economía internacional en una CRISIS sin final previsible. 
En España la situación era todavía más complicada, en unos años en los que se anunciaba el fin del Régimen y su particular visión de la “economía de libre mercado”. En 1975 la forma de entrar a trabajar en una pequeña empresa no era demasiado complicada. El neoliberalismo actual coincidiría en gran parte en aquel particular intercambio de mano de obra barata. Ni contrato, ni convenio, ni relaciones laborales. Lunes a las 8 en el sitio y cobrarás tanto. Por supuesto, condiciones de salubridad y seguridad, ninguna. La España de entonces era un país en CRISIS. Pondré la palabra en mayúsculas cada vez que la utilice porque, como se verá, la CRISIS es el rasgo que mejor define al capitalismo. 

Salto de edificio con coche, deporte de exhibición
 En los años de la famosa transición española, debido a la entrada del país en los circuitos de la economía mundial la inflación estaba desbocada. Había una escalada de precios sencillamente brutal, algo que se ve reflejado en la evolución de los salarios. Un aprendiz podía cobrar unas 6.000 pesetas en 1975, salario que en 1979 ya era de 19.000. Puede dar una idea de la escalada inflacionaria en aquellos años. Y entonces vinieron los Pactos de la Moncloa, literalmente acordados por todos los partidos políticos, sindicatos, etc. Los Pactos de la Moncloa suponían la primera vez que los poderes públicos recibían presiones de los organismos internaciones para hacer ajustes. Ajustes de salarios, sobre todo. Los así llamados “costes salariales” y conceptos como la "productividad" y la "rentabilidad, grandes tótems del neoliberalismo, ya estaban en boca de todos. Los Pactos de la Moncloa en 1977, no hay ni que mencionarlo, eran una medida con carácter de urgencia ante la existencia de una CRISIS demoledora. 
Con mujeres como Margarett Trucher hacerse gay era fácil...
La entrada de los años 80’s supuso un cambio de paradigma. El mundo contempló la entronización de dos grandes monstruos del neoliberalismo: Margarett Trucher y Ronald Reagan. Los primeros años ochenta fueron una época de CRISIS. Y no tan solo en España, sino a nivel internacional. Quien haya visto la serie británica “The Young Ones” puede ver una parodia perfecta de la situación económica en aquellos años. En una escena los 4 chicos buscan trabajo en un diario en cuya página 5 están los anuncios de empleo y cuando abren el diario descubren que la página está completamente en blanco. Muchos dicen que Trucher mejoró la situación económica en un par de años, pero la señora en cuestión por lo que pasará a la historia es por igualar en impuestos a todas las clases sociales sin distinción de ingresos. Y por organizar una guerra sin sentido con el solo objeto de incrementar su maltrecho índice de popularidad. 

En España por supuesto la tasa de paro era altísima, tanto como lo es actualmente. Toda la juventud de aquella época, sin ni siquiera el nivel de formación de la juventud actual, vivía literalmente en la calle, buscando formas alternativas de ganarse la vida que no consistieran en trabajar en una fábrica o una oficina, trabajos que por otra parte no existían. De ahí el gran boom de 'artistas' surgidos de "la movida de Madrid" y el nacimiento del cine y el "diseño" españoles. El único bálsamo para las clases medias en esa época consistía en la certidumbre de que las cosas no podían empeorar más y que la CRISIS no sería eterna. Las cosas sólo podían mejorar porque España estaba haciendo sus últimas gestiones para entrar en la UE, asunto clave que vendría a resolver muchas deficiencias de nuestra economía gracias a las inyecciones de dinero que vendrían de Europa. Como así fue. A partir de 1986 se puede decir que España vivió otro breve período de bienestar gracias a las partidas de promoción para el empleo 'generosamente' dispendadas por la Unión Europea. La entrada de los fondos europeos de cohesión suponían toda una inyección para construir infraestructuras. Y, supongo yo, todo ese estallido de obras públicas dinamizó la ecoÑomía local, al tiempo que los consumidores comprábamos todo tipo de productos de la industria alemana. Justamente a partir del momento de la entrada en la UE, la juventud española comenzó a encontrar empleo más fácilmente, cosa que era totalmente imposible en el período 1979-1986. Podemos decir sin el menor margen de error que el período 1986-1991 estuvo marcado por una sensación de bienestar. Cinco años de tranquilidad para el ciudadano de este país, al calor de los dineros europeos. Cinco años buenos, ¡que novedad!
Pero no hay bien que dure más de diez años en España. Desde la perspectiva de las clases media y baja, 1992, con sus fastos olímpicos y exposicionales marcaría el inicio de una nueva etapa de CRISIS. La cuestión era exactamente la misma que la actual, pero la excusa era distinta. La UE, enfrascada en un rudo programa de equiparación fiscal y monetaria, y en una guerra contra los déficits, le exigía a España máxima severidad presupuestaria. ¿A alguien le suena esta música? Si alguien se toma la molestia de leer hemerotecas en los años 1992 y 1993 encontrará discursillos como los actuales. Los recortes afectaban a todo. En esos años, el ministro 'socialista' de Econosuya Carlos Solchaga recortó considerablemente los subsidios por desempleo. El debate sobre la edad de jubilación estaba sobre la mesa. Muchos medicamentos dejaron de ser gratis para evitar "abusos". Miles de trabajadores se quedaron sin empleo. La tasa de paro llego en el período 1992-1996 a índices parecidos a los actuales. Se creó una ley de huelga que convierte las huelgas en un instrumento inútil. La prensa sólo hablaba sobre como recortar el déficit. Sólo se escuchaba hablar de "competitividad", "rentabilidad" y "productividad". De hecho, toda Europa vivía en una espiral de recortes. Pero, como siempre, lo que para algunos era un resfriado, para España era una pulmonía. El Tratado de Maastricht era la nueva moda de Europa, una intervención macroeconómica en toda regla para la unión monetaria y fiscal que desembocaría en el nacimiento de un engendro: el euro. En España se tenían que hacer muchos sacrificios para facilitar el alumbramiento del monstruo. Nadie le llamaba a la cuestión CRISIS, pero lo cierto es que se vivió una CRISIS de cinco o seis años. Por lo demás, tras la caída del comunismo, el neoliberalismo se estaba soltando la melena y planteaban sin miedo todos los puntos pendientes que tenía en su agenda, desde el despido libre hasta el adelgazamiento de la Administración hasta llegar a la anorexia. No seré yo quién esté en contra de una administración pública de bajo coste y alta eficiencia, pero hay que dejar bien claro que a estos tipos se les ha visto el plumero desde hace mucho tiempo. Ellos lo que quieren es la eliminación del Estado como garantía jurídica y como instrumento regulador de las injusticias económicas. 'Sus' hombres salen y entran de ministerios y consejos de administración como Pedro por su casa. Quieren un mundo totalmente liberalizado donde la única ley sea la suya. Son grandes amantes de la "libertad". Especialmente, de la libertad de ganar dinero sin trabas legales ní éticas de ningún tipo.
Con la llegada de Ánsar I al trono, curiosamente la CRISIS comenzó a desvanecerse. No entraré en valorar aquella época en profundidad, pero desde la perspectiva de la clase media se volvía a encontrar empleo. Cuando hablo de empleo, hablo del empleo que creo Ánsar I, es decir, un contrato unificado e "indefinido" que hacía tabla rasa en las 100.000 pts de entonces (600 euros) Intuyo yo que, gracias a las conexiones del lobby aznarista con la plutocracia de Houston, los inversores extranjeros tuvieron a bien venir a depositar sus huevas en el confortable nido que la nueva España flexibilizada les brindaba. El Estado obtuvo pingües beneficios con un intenso programa de privatizaciones. Tabacalera, Telefónica, Endesa, etc pasaron a manos de tipos que se han inflado a ganar dinero con empresas que fueron creadas con impuestos. Los derrotados y desaparecidos 'socialistas' de entonces ya habían hecho el trabajo sucio que se les ordenaba desde la UE, la OCDE, la NBA, el FMI, la CIA, el BM y el ETC. Supongo yo que con el sistema fiscal y monetario español estabilizado y armonizado según los parámetros del Bundesbank [no con pocos sacrificios para el ciudadano corriente] España salía lentamente de otra CRISIS.

Y entonces sucedió el milagro. Un piso de 55 m2 en el Eixample barcelonés costaba en 1996, como poco, 10-11 millones de pesetas. En el año 2002, tras la inauguración del euro, ese mismo piso ya costaba 25-30, según tasación a ojo del propio vendedor, al margen de cualquier institución pública o privada. Curiosamente, ningún banco evaluaba riesgos a la hora de conceder 30.000.000 de pesetas (161.000 euros) a parejas de piltrafillas que ganaban 200.000 pesetas (1.200 euros) al mes. Nadie se planteaba que el capitalismo en España la única cosa que garantiza es una CRISIS de 6-7 años con paréntesis de menos de diez. CRISIS, desde la perspectiva de las clase media y baja quiere decir quedarse sin empleo. Y si no hay empleo, ¿cómo se pagan las deudas? Los bancos ofrecían generosamente hipotecarse 20 años, en la mayor parte de los casos, pero los más atrevidos llegaron a ofrecer márgenes de 40 y hasta de ¡80! años. Lógicamente, al amparo de este boom especulador, hasta el tío Manolo se convirtió en un hombre de negocios. Algunos avispados jubilados vendieron su piso, sin hipotecas desde 1983, lo revendieron por 40.000.000 millones de pesetas y se fueron a vivir de alquiler. Había quien se compraba un piso, se esperaba un par de años viviendo en él y luego se volvía de nuevo a casa de sus padres con el bolsillo lleno. Esta fue la dinámica gloriosa de la época aznarista, tendencia que se vería desarrollada en los primeros años zapateristas sin que nadie hiciera nada. Un auténtico "milagro económico" sustentado en nada. El volumen de dinero que circulaba en los bolsillos españoles estaba fundamentado en un espejismo. 
Para explicar semejante obnibulación colectiva, hemos de hablar de otra CRISIS. Sí, España estuvo en CRISIS, brevemente, en los años 2001-2002. Encontrar empleo en aquella temporada era difícil, con lo que las clases medias tuvieron que apretarse el cinturón de nuevo. Esta nueva CRISIS venía motivada por un rimbombante fenómeno de la economía internacional que vino en llamarse Burbuja Tecnológica. No voy a pretender yo entender porque dos portales del recién nacido internet habían llegado a colapsar la economía internacional. Vamos, soy listo pero no tanto para entender el absurdo capitalista en su totalidad. Pero, resumiendo un poco: los 'invertidos' internacionales se habían lanzado a una orgía de capitales con el nuevo jueguete hasta que el mercado reventó. Y en esto, la Reserva Federal tuvo que inyectar mucho dinero para evitar el desastre. Y ya de paso hacer negocios. Con un mercado financiero mundial totalmente desrregulado gracias a las presiones sobre la administración norteamericana por parte de Citygroup y otros tiburones de Wall Street, los dineros de la Reserva Federal se explayaron sobre el mundo como un tsusnami de crédito facilón. Cuando tu banquero comercial de la Caja de Ahorros de la esquina te daba un crédito, lo hacía porque se lo había pedido a otro banquero más grande. La banca comercial era deudora a su vez de otros bancos comerciales, quienes a su vez rendían tributo a otro señor bancario más fuerte. Este es el esquema feudal de la banca y el meollo por el cual ahora todos, incluidos los que no tenemos deudas, tenemos una gran deuda que purgar. La Edad Media duró ocho siglos; esto va a durar bastante más.
Y con esta dinámica de fiesta, paella y otras operaciones triunfales, llegamos al verano del 2007, momento en el cual el motor de la economía mundial comienza a oler a chamusquina, debido al recalentamiento financiero global. Desde los Establos Unidos comienzan a llegar rumores de que el mercado hipotecario ha caído. Dos agencias gubernamentales de seguros hipotecarios llamadas Pim y Pom y Tom y Jerry, creadas por George W Bush tienen un agujero inmenso debido a la continua renegociación de los créditos hipotecarios (o alguna memez por el estilo) Y encima va y se les cae Lehman Brothers importantísimo banco de inversiones donde se recalificaban hasta la histeria los riesgos de los créditos facilitados a gente insolvente. En un documental que hay en Youtube se habla de partidas de ese banco de 5.000 y 10.000 millones de dólares, cosa que pone en entredicho todo el tinglado. Sencillamente no es creible. Si a España se le ha tenido que ofrecer un macropréstamo de 100.000 millones de euros que muchos analistas consideran corto, Lehman Brothers [y de esto podría hablar el ministro de Guindos, que conoce muy bien el tema] debía mover volúmenes de capital mucho mayores. Pero, en lo que afecta directamente a las clases media y baja de este país, todas estas movidas financieras son sencillamente incomprensibles. La cuestión básica es que estamos desde principios de 2008 en otra CRISIS. Esta vez, el resfriado de la economía mundial ha dejado al enfermo español en cama. Es como una de esas gripes que dejan el cuerpo molido, como si te hubieran pegado una paliza. El enfermo está de baja, en recesión, con 7% de fiebre. Pero que se olvide de cobrar porque las nuevas normas de los señores inversores es que el que no trabaja no cobra. Nadie, ni Krugman, ni Dios, ni el Follonero, pueden predecir cuando se acabará la CRISIS.

En mi opinión, la CRISIS es ya un estado permanente de la ecoÑomía "de libre mercado", porque el capitalismo está con respiración asistida, de camino al estado de coma. Todos los demás, es decir, nosotros, estamos muertos, porque el poder de los que amasan capitales es tal que la CRISIS va a ser ya un fenómeno perenne. Ellos no van a tener CRISIS; la CRISIS es para el ciudadano corriente. Quien se crea las milongas sobre como incentivar el "crecimiento" está siendo hipnotizado por un debate artificial generado desde los medios del Régimen. Aquello que ha llegado al cénit de su ciclo vital no puede seguir creciendo. Es una ley de la naturaleza, de la física, de la química. Es ley de vida. Naces, te desarrollas, llegas a tu cénit con la madurez, intelectual y físicamente equilibrado. Y a partir de los 40, comienza la decadencia. Muchos se engañan pensando que los inversores y la industria pierden dinero si el consumidor medio no tiene nivel adquisitivo o tiene miedo a gastarse lo poco que tiene. Ilusos. Posiblemente ignoran el gran boom que está experimentando el segmento de los artículos de lujo. Un inversor, un industrial, pueden ganar un millón de dólares vendiéndole piruletas a los pobres. Pero también puede ganarlos construyendo un yate para un personajillo con alto nivel adquisitivo. El boom del consumo masivo como pilar de la ecoÑomía pasará a la historia porque, incorporando a chinos, rusos, brasileños y otros emergentes a los estándares históricos de Europa y los EEUU el planeta petará en cuestión de décadas, años quizás.

El capitalismo es un sistema obsoleto y decrépito que sólo puede conducir a la hecatombe. El capitalismo en España puede que haya hecho evolucionar económicamente al país. Es evidente que el nivel de la economía española no es el mismo que en 1975 y que el ciudadano, al menos a priori, tiene unos estándares de vida superiores. El gran espejismo es que eso se ha conseguido, no en base a riqueza real y tangible, sino en base a crédito, es decir DEUDA. Esta CRISIS, que ya es definitiva, ha venido a replantear muchos de los espejismos que nos deslumbraron en el pasado. Hay otra forma de vivir, con más calma, más seguridad y menos "competitividad". Igual seríamos más pobres, pero tendríamos nuestras necesidades básicas cubiertas. Hay que destruir totalmente el sistema basado en la ganancia a toda costa.

En resumen, puede decirse sin el menor género de dudas que desde hace 53 años [1959] el sistema capitalista sólo le ha dado a las clases populares en España entre 15 y 20 años de relativa tranquilidad. Es un balance muy pobre, muy poco competitivo. Demuestra a las claras que el capitalismo, chapucero en su propia idiosincrasia, es un sistema ineficiente que funciona a trompicones, no sin provocar guerras, CRISIS e injusticias. Es imperfecto, muy poco productivo a efectos sociales, no es rentable desde el punto de vista del bienestar de la sociedad. Hay que externalizar de una vez por todas esa charca inmunda de dinero, mentiras y destrucción antes de que ellos nos externalicen al resto o nos conviertan en galletas Soylent Green

La polémica actual austeridad vs. crecimiento no es otra cosa que un debate ficticio. Es una dialéctica absurda, como aquellas antiguas batallas de arrianos y nicenos sobre la consubstancialidad de la Santísima Trinidad. Es como si estuviéramos hablando sobre como organizar un zoológico. Los monos sufren desnutrición porque no les llega suficiente flujo de bananas. Algunos mueren porque no reciben el alimento a tiempo. Y encima al lado está la jaula de los buitres, los cuales se escapan para comerse los cadáveres de los monos. Hay que ubicarlos en otro lugar, en la otra punta del zoo... Este es más o menos el debate actual. Se trata de palabrería barata que en ningún momento plantea que el zoo debe desaparecer de la Historia.