20140305

Chen De, el chino que bebe gasolina

Chen De, un anciano de 71 años de Chongqing, en el centro de China, bebe gasolina y queroseno desde hace 42 años. Está convencido de que es bueno para la tos y los dolores de garganta. El señor tiene una apariencia frágil: mide metro y medio de estatura y está muy delgado. Dice que cada mes se trinca entre tres y cuatro litros de gasolina. También de vez en cuando se hace algún cubata con diesel y gasóleo, para variar. La mezcla con aceite para ciclomotores dice que es para hacerse carajillos.

Chen comenzó a consumir queroseno en 1969, cuando una persona se lo recomendó como remedio para tratar una tos muy fuerte que lo aquejaba, y siguió haciéndolo al confirmar que el combustible era efectivo para suavizar la garganta. La gasolina llegó después, cuando la venta de queroseno se redujo en el país asiático al subir de precio. Poco le importaba que fuera super y además con plomo. Aún a pesar de la crisis del petróleo y de las constantes subidas de precio, en todo este tiempo se ha bebido una tonelada y media de combustible. Sin embargo dice que estos cubatillas han sido siempre muy beneficiosos para su salud. Sus hijos han tratado de convencerle muchas veces de que dejase de beber estos productos, pero él siempre se niega. Y cansado de tanta insistencia, hace unos años decidió irse a vivir solo, más cerca de una gasolinera.

Médicos del hospital Honglou de Chongqing, enterados del caso de Chen, lo visitaron hace tiempo y le ofrecieron darle un tratamiento gratuito para controlar su enfermedad, pero el anciano declinó argumentando que su salud es perfecta y que no tiene necesidad de ir al hospital. La salud de Chen es normal, aunque tiene el carburador un poco inflamado. Su cuerpo ya debe haberse habituado al consumo de combustible como una adicción. Según se calcula, podría haber recorrido más de 21.000 kilómetros con la cantidad de combustible que se ha metido en el depósito en los últimos 42 años.