Contaba 18 años cuando de repente Chuck Berry se presentó en la ciudad. Tenía la entrada en el bolsillo y los colegas esperándome en la calle. Pero mi vieja se interponía entre la puerta y yo. "Tú no sales de aquí", dijo. Le metió dos vueltas a la cerradura y se guardó las llaves en el bolsillo de la bata. El tiempo se agotaba, así que decidí fugarme por la ventana de la cocina. Me jugaba la vida porque el más mínimo error hubiera supuesto caer desde un quinto piso. Pero me la sudaba: el rey del rock tocaba esa noche y no me lo pensaba perder. Digo bien: el Rey del Rock. Ni Elvis, ni pollas. El tipo más chulo de cuantos hayáis visto se hallaba sobre el escenario.
Practicaba su duck-walk como nadie y hacía delirar a las masas. Los Beatles le deben mucho porque versionaron sus temas. Y los Stones no digamos. Keith Richards no existiría sin Chuck Berry. Las relaciones entre ellos nunca han sido fáciles. Una vez Chuck echó a Keith del escenario a patadas, según dicen. El concierto de Chuck en el verano de 1977, en el Palau Blaugrana, fue sencillamente uno de los espectáculos más increíbles que he visto en mi vida.Durante los 50's Chuck revolucionó la historia con temas como Johnny B Goode, Roll ver Beethoven, Carol o Maybelline. Fue encarcelado por haber contratado a una apache menor de edad que conoció en México. Según el FBI la chica se dedicaba a practicar la prostitución. Salió de prisión en 1963, cuando el rock'n'roll estaba prácticamente liquidado. Una nueva generación había tomado las riendas, pero sus temas seguían sonando. Hoy tiene cerca de 90 años y continúa de gira. Este pasado 14 de abril de 2014 estuvo tocando en Moscú.
Lo que suena es Jaguar and the Thunderbird, 1960, un tema con el que Chuck inventó el rap con veinte años de antelación.