20160210

Pequeños y grandes cerditos

¿Habéis visto a los pequeños cerditos arrastrarse por la mugre? Seguro que los habéis visto: un pequeño cerdito sólo habla de que se acaba de comprar una funda para el móvil. "Comprar" es su palabra favorita.
Su vida es un cóctel de ignorancia, alienación y convencionalismos. Para todos estos pequeños cerditos la vida va de mal en peor, siempre con mugre en la que jugar. Su mugre es un marasmo de reality-shows, series de televisión, videojuegos, compras de fin de semana y espectáculos donde golpean una pelota. 
La vida cotidiana del pequeño cerdito se basa en la simplicidad y la reiteración. Un cerdito no tiene redención alguna porque siempre aspira a seguir siendo un cerdito. Un pequeño cerdito no duda en ponerse una camisa almidonada y una corbata para parecer un cerdito de los grandes. 
Nació para ser un siervo; desde la cuna hasta la muerte. Sólo consigue nadar, siempre, en la misma mugre.

¿Habéis visto a los cerditos grandes, con sus blancas camisas almidonadas? 
Son psicópatas inmundos que implantan su modelo para que los pequeños cerditos duerman felices, con esperanzas de “crecimiento” y de “ascenso social”. Hallaréis a los cerditos grandes removiendo la mugre para entretener a la chusma. Ellos fabrican los ídolos de masas para que la plebe aspire a ser de su misma clase. Los grandes cerditos siempre llevan la camisa muy limpia. Con la vida asegurada en sus pocilgas, no les importa lo que pasa fuera. En sus miradas falta algo. Sus rostros hablan por si mismos: son fríos y aterradores. Lo que necesitan es una buena paliza.

En todas partes hay montones de cerditos, que llevan vidas de cerditos. Podéis verles cuando salen a cenar con las cerditas de sus esposas. Empuñan tenedores y cuchillos para comerse el tocino. Es el mismo tocino que forma parte de sus vidas.

El White Album de The Beatles incluía este tema compuesto por George Harrison. Es una increíble canción con toques de clavecín y aire barroco, fruto de una época donde todavía existía una clase media ilustrada en el mundo occidental. Es una sucinta descripción de la relación subliminal entre las élites económicas y el garrulo abducido, ilusionado por ser "alguien".

En negrita, la letra beatle.