Según estudios actuales, los cánones de belleza emanan de la simetría. La perfecta distribución de los elementos de la cara, su proporcionalidad y equidistancia con los contornos del rostro conforman la belleza ideal.
Naturalmente, nos estamos refiriendo a una belleza que cala con facilidad en el subsconsciente. En realidad, todos sabemos que la belleza emana del Espíritu. Como dice un viejo proverbio griego: La belleza sin gracia es como un cebo sin anzuelo; atrae, pero no consigue retener.
No obstante, los modelos de belleza varían según las épocas. Una de las mujeres más famosas del Renacimiento es la Gioconda, pintada por Leonardo da Vinci entre 1503 y 1519. Es la obra pictórica más mitificada de la Historia. Ignoro si Leonardo estaba pintando un retrato de la hija de un vecino o si, por el contrario, pretendía reflejar un modelo idealizado de la belleza de la época. En todo caso, la chica no sería una top-model en la actualidad. Los defectos en su rostro son varios:
1- La barbilla pequeña y está demasiado cerca de la boca. Ésto otorga poca personalidad a la modelo.
2 - La boca también es pequeña y ligeramente deforme. Evoca una sonrisa ausente y estúpida. 3 - Las mejillas son escurridas y fláccidas. No tiene pómulos, un elemento esencial en la atracción sexual. 4 - La nariz es kilométrica. 5 - Los ojos son mansos y ovejunos. Uno es más grande que el otro. La modelo tiene orientado el rostro hacia el frente. Sin embargo Leonardo pinta sus pupilas aparcadas en el rabillo del ojo. 6 - En contraste con el rostro estólido de la chica, Leonardo la dota de una frente amplia y despejada. Esto no hace más que destrozar la simetría, ya que acerca el resto de los elementos a la barbilla, en lugar de agruparlos en el centro. En conclusión, la chica no es guapa de cara. No nos engañemos, el cuadro más famoso de la Historia no refleja más que una chica muy vulgar y muy corriente, según el gusto actual.
Hay gente que es guarra pero guarra. Con lo fácil que es ducharse al menos una vez a la semana... Algunos huelen realmente mal. Los primeros días huelen a roña y sudor. Después viene una fase en la que huelen directamente a cloaca. Y a partir del quinto día comienzan a oler a muerto.
Es justamente lo que ocurrió el otro día en un autobús. Tras sentir el tremendo olor, todos los pasajeros abandonaron el vehículo. Las fuerzas de orden público se presentaron con su material contra la guerra bactereológica. Podía tratarse de un nuevo y sofisticado atentado de moros integristas. Después se decretó la alerta negra por si había un brote de peste porcina. También acudieron los buitres de los alrededores, pensándose que habían abierto un McRonalds con un suculento menú McCarroña...
Al final fue una falsa alarma. Desinfectaron el lugar y echaron un poco de flush-flush para que oliera a rosas.
He hablado más de una vez de como los años años 80's rindieron tributo de rodillas a los años 60's. En 1983 las influencias de los 60's ya empezaban a ser evidentes. La New Wave y el Punk se habían quedado sin fuelle y ya no había nada nuevo que decir.
Los años 80's fueron una década lamentable desde todos los puntos de vista. El río de la imaginación se había secado y era necesario echar mano al legado surgido 20 años atrás. Muchos de los que nacimos en las puertas de la llamada "década prodigiosa" estábamos en la veintena. De repente vimos como lo único que podía ofrecernos la industria discográfica era un refrito del pop de nuestra infancia. Al principio se trató de una tendencia muy underground, seguida por grupos muy reducidos. Pero a partir de 1985 el pop comercial, el que se había rebelado contra el hippismo, comenzó a darse cuenta de la gran rentabilidad de aquel revival.
Sowing the seeds of love, [Sembrando las semillas del amor] es una obra maestra del pop, sobradamente conocida. Los autores son Tears for Fears, un grupo que comenzó bajo la etiqueta del tecno-pop, formado en la época por Roland Orzabal y Curt Smith. Es una pieza en la que cualquier conocedor de la música los Beatles puede detectar el ADN de I'm the walrus, Penny Lane, Hey Jude o A day in a life estratégicamente distribuido, sin llegar en ningún momento al plagio. Es un homenaje que nunca tuvo la categoría de tal. Sólo lo podemos llamar "inspiración directa", a falta de algo mejor.
No deja de resultar paradójico que la mejor música de los 60’s, la que más protagonismo tiene en este blog, no estaba interpretada ni por los mods, ni por los Beatles, ni por los Stones. En sitios tan pintorescos como New Mexico o Texas se hizo sin el menor género de dudas el mejor garaje psicodélico de la historia, una música que combinaba a partes iguales dureza y brillantez. Debido a ese contraste de factores contrapuestos surgían temas absolutamente arrolladores. Es mi música preferida, de lejos, música que cumple hoy 50 años. Es curioso que un lugar tan deplorable como Texas, cuna de gente tan abominable como George W Bush, Chuck Norris o JR Ewing, y tumba del presidente JFK, haya sido testigo del mejor 60’s Punk, garaje, rock psicodélico o como queramos llamarlo.
No obstante esta banda llamada “The Exotics” la descubrí en Youtube por pura casualidad. Información sobre el grupo no hay mucha. Parece ser que venían de tiempos tan lejanos como 1959. Después de pasar por una imperfecta época teddyboy-surf-dubaduba-yeyé llegó el meridiano de los 60’s y, como otros tantos grupos americanos, descubrieron las verdades del rock psicodélico de garaje sin subir al Sinaí ni nada de eso. En 1966 The Exotics estaba compuesta por Blair Smith, Laurry Michlin, Geoff West, Chris Brown, Tommy Spalding y Robert Price. Y en 1966, como no podía ser de otra forma, editaron este MAGNÍFICO “I was alone”, un tema que se ajusta totalmente a los principios del más puro garaje de los 60’s. En este blog sólo pongo temazos de calidad contrastada, así que ahí va eso:
Durante la Guerra Fría, el análisis de los conflictos internacionales era sumamente fácil. Hasta un analista aficionado de 14 años era capaz de ubicar los peones en el tablero. De un lado, siempre estaban los soviéticos. Del otro, Nixon y Kissinger. Por ejemplo: había un conflicto en Vietnam. Detrás de los rojos estaba la Unión Soviética. Del otro, los norteamericanos, que trataban de frenar el avance del comunismo. Había un golpe de estado en Chile. Análisis facilón. De un lado, estaba un gobierno socialista de inspiración marxista leninista que quería nacionalizar las minas de cobre y, de otro, estaban los militares y la oligarquía local, apoyados por Washington. ¿Quién no recuerda al agregado de negocios de la embajada americana? Todo un clásico. Las relaciones internacionales eran un juego entre dos actores claramente identificados. No se necesitaban análisis muy complejos para entender lo sucedido.
Eso fue hace más de 40 años. Hoy en día, en el delicado tablero de las relaciones internacionales, nos encontramos con términos como friendnemy [Amigo-Enemigo]. Esto quiere decir, para que nos entendamos, que ya no te puedes fiar ni de tu puta madre. Vivimos en un mundo tan inestable, que mover una silla dentro de una habitación puede derrumbar el edificio.
El pasado 15 de julio hubo un "golpe de Estado" en Turquía. Vamos a llamarlo "golpe de Estado", por no llamarlo performance en una noche de verano. Fue un evento organizado en el mejor estilo laissez faire. Se trata de un concepto francés que significa "dejar hacer". Unos cuantos oficiales de inteligencia infiltrados en sectores de un ejército rebelde seducen a elementos revoltosos a organizar unas "maniobras" que parecen un golpe, que luego resulta no ser más que una obra de teatro al aire libre. La asonada, surgida de un control remoto muy remoto, acaba siendo la excusa perfecta para que el nuevo Sultán neo-otomano, Recep Tayyip Erdogan, realice otro golpe, esta vez institucional, con una total depuración de la estructura del Estado. Militares, jueces, periodistas, profesores universitarios... ¡Todos a la cárcel!
Erdogan vivía dentro de una paranoia: la existencia de una estructura paralela a la del poder legalmente establecido, con lo que el "golpe de Estado", por supuesto organizado por él mismo, le sirve de excusa perfecta para hacerse con el control total.
¿Por qué?
La explicación de fondo parece simple, pero los elementos en juego no lo son. Erdogan puede caer simpático -o más bien no- pero dirige un país que está en medio de todas las turbulencias mundiales.
Y para comprender una cosa de tal envergadura, los que somos aficionados al análisis de las relaciones internacionales, necesitamos información de primerísimo nivel. Eso es lo que aporta este canal de Youtube que ya hace tiempo descubrí. Se llama Tendencias21 y está dirigido por el periodista Pedro Baños. Cuenta con la participación de periodistas, analistas de inteligencia, arqueólogos, diplomáticos de carrera, etc. Es un programa muy riguroso y, además, tiene la decencia de evitar los contenidos propagandísticos. Se basa única y exclusivamente en el análisis racional de la situación global. Lo cual es de agradecer.
En el mes de abril de 2016 realizaron este programa dedicado a la situación en Turquía, donde se desvelan muchas de las claves que desembocaron en el "golpe de Estado" del 15 de julio.