La cuestión es bien simple. Antes del siglo XIX, el control político se llevaba a cabo mediante la ignorancia, la religión y la violencia. Llegado el siglo XX se fue afianzando la idea de que era mejor crear consentimiento social mediante una intensa propaganda. El papel coercitivo de la conciencia, que antes era exclusivo de Dios, pasó a ser monopolio de la radio, el cine y, posteriormente, la TV. Hoy "gozamos" de Internet, pero también es un medio coercitivo debido al monopolio de medios, la censura y el shadow ban.
El quid de la cuestión en las modernas "democracias" es el asalto a las mentes, conseguir que una población estúpida asimile una serie de modelos de conducta y pautas "culturales" para que sean fieles, obedientes y acepten el sistema establecido.
Esto se consigue fácilmente gracias a dos inventos mágicos: la publicidad y el marketing.
Nadie se imagina lo que se consigue gracias a "palabras clave", frases hechas, conceptos prefabricados, un poco de musiqueta emocional y un bombardeo continuo de clichés destinados a hacer creer al individuo que vive en una sociedad perfecta.
Pongo un ejemplo: ¿quién no ha oído alguna vez la frase de "la constitución [española] que nos dimos entre todos"?
Aunque parezca una gilipollez, este tipo de construcciones verbales se quedan como un "residente" en el subconsciente de muchas personas. El subconsciente es como una esponja, tiene una gran capacidad de asimilación, mientras que la mente consciente es mucho más lenta y requiere de procesos laboriosos para rebatir argumentos falsos.
Palabras como "democracia" retumban en la mente de muchos y muy pocos se paran a analizar que votar una lista de individuos que nadie conoce, que son elegidos dentro de un partido hermético y que cuando llegan al gobierno hacen lo que les da la gana, no es ninguna democracia.
Es una de esas palabras "clave" con la que bombardean la mente incauta, equivalente a "Fe en Dios" versus "Adorador del demonio", dirigido a los enemigos de la "democracia", autócratas y tal.
Es gracias a una sociedad sobresatrurada de propaganda, publicidad y maketing que consiguen que muchos vivan en un estado infantil durante toda su vida. Es así como logran que muchos se preocupen sólo del fútbol, de Gran Hermano o que se crean que Gaddafi estaba matando "a su propio pueblo" (frase que se repitió hasta la náusea)
En esencia, clavan un gancho en el subconsciente primitivo de la peña mediante el truco de satisfacción-recompensa, convierten a la gente en ratas de laboratorio que sólo viven para la satisfacción de sus deseos.
Una agencia de publicidad monta una campaña para vender una aspiradora. Es increible, pero los tipos se van a un bosque a grabar sonidos de la naturaleza. Algunos sonidos están relacionados con cosas agradables y placenteras; otros, con amenazas y peligros de depredadores malignos. Por más que no lo creamos, esas sensaciones atávicas continúan dentro de nuestro cerebro, en el núcleo más primitivo, y es ese tipo de miedos los que explotan hasta la saciedad. En definitiva, el fabricante de aspiradoras busca un sonido agradable para su máquina. Pero nadie se imagina lo que consiguen con los mensajes subliminales dirigidos al Yo primitivo.
Todo esto comenzó en los primeros años del siglo XX, cuando aparecieron las primeras cadenas de montaje. Se planteó la necesidad de incitar al consumidor a adquirir los productos que se fabricaban. Hasta ese momento, la gente consumía sólo lo que necesitaba y los productos se anunciaban en base a su utilidad, resistencia, durabilidad, etc. Había que conseguir que la masa consumiera más, de modo que la publicidad pasó a crear mundos de fantasía donde poseer un determinado producto te hacía "sentir mejor" o "ser superior a otros".
En todo esto tuvo mucho que ver el sobrino norteamericano de Freud, Edward Bernays, auténtico inventor de la publicidad. Toda su "técnica" se basó en las ideas de su tío.
Como podemos imaginarnos, yendo a los miedos más recónditos del individuo y a sus deseos más inconfesables, es posible conseguir que voten sí en el referéndum de la OTAN o que crean que PSOE y PP representan la "democracia".
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