El lunes 23 de septiembre de 2019 la famosa activista climática sueca de 16 años Greta Thunberg pronunció un discurso ante la asamblea general de la ONU sobre las catastróficas consecuencias de un supuesto cambio climático que sólo existe en su imaginación. Thunberg exigió recortes drásticos en las emisiones de carbono de más del 50 por ciento en los próximos diez años. [Porque yo lo valgo]
La niña representa al inexistente país de la Nada, pese a lo cual se le permitió presentar una queja legal ante la ONU, exigiendo que cinco países [Argentina, Brasil, Francia, Alemania y Turquía] adopten [pero ya] recortes en las emisiones de carbono. La queja se basa legalmente en un acuerdo de 1989, la Convención sobre los Derechos del Niño, según la cual Thunberg afirma que los derechos humanos de los niños están siendo violados por emisiones de carbono demasiado altas.
Esta niña perturbada tiene detrás a toda una serie de patrocinadores importantes, pero no hablaremos ahora de ello. Sólo dígale a su hijo de 16 años que se ponga delante del parlamento con una pancarta. Lo más probable es que el niño se aburra, pase frío y le tenga usted que llevar un bocadillo para que no muera de inanición. Eso de ir a lanzar el sermón a Davos y viajar a la ONU en un yate de la familia real monegasca seguro que no está al alcance de su hijo y su pancarta.
Los 'calentólogos' [que así se denomina esta tribu freak] aún no han entendido varias cosas esenciales que vamos a pasar a reseñar.
Hoy, en el mundo desarrollado, se disfruta de estándares de vida inauditos en la Historia. Sólo un dato: en España, en 1900, la esperanza de vida de un hombre estaba en 55 años. Hoy, alcanza casi los 80. ¿Por qué? Porque ha habido desarrollo, industrialización y crecimiento. ¿Por qué? Pues porque con electricidad, agua potable, un sistema sanitario, mejores viviendas, vehículos de transporte y un largo etcétera la gente vive mejor. ¿Y cómo se ha conseguido todo eso? Gracias a la energía barata. ¿Y de dónde viene esa energía barata?
Justamente, de los combustibles fósiles. Sí, esos que provocan emisiones de CO2.
A día de hoy, los combustibles fósiles representan el 85% de la energía usada en la vida diaria. Sí, para que usted llegue a su casa, le dé a un interruptor y se encienda la luz se necesitan emisiones de CO2 a cascoporro.
Gracias al CO2, la vida de Greta y de miles de niños del primer mundo es cuantitativa y cualitativamente superior a la de cualquier niño en la historia. Si no hubiese sido por el CO2, la madre de Greta estaría pelando arenques en una choza de madera en un fiordo perdido donde Erik el Rojo un día contaminó las aguas haciendo pis. Y nada de muebles del Ikea ni pijadas por el estilo. Seguro que Greta tiene un móvil con una batería de litio altamente contaminante. Y seguro que su madre no lava la ropa a mano en un fregadero a 10 grados bajo cero.
Estos calentólogos quizás no saben que para los niños de los países pobres y en desarrollo, las emisiones de carbono no representan ninguna amenaza, sino todo lo contrario. Pero estos freaks parece que quieren obligar a comprar placas solares a tercermundistas que tienen que cocinar con leña. Es que no les llega para la acometida del gas natural, ¿saben?
Una cosa es criticar a Francia y Alemania por sus emisiones de carbono. Esos son países relativamente ricos donde pocas familias se ven reducidas a la pobreza extrema. Si sus gobiernos cumplen las órdenes de Greta, la producción de energía se encarece a causa de nuevas tasas y regulaciones, y por tanto, lo hacen también la mayoría de los bienes y servicios de consumo. Pero incluso en el mundo rico, un corte drástico como el exigido por Thunberg relegaría a muchos hogares con poca renta a una vida de mayor dificultad.
Ese es un problema que al parecer a Thunberg no le preocupa. Parece dispuesta a que la gente pobre del primer mundo pague un precio muy alto por sus paranoias climáticas.
La inclusión de países como Argentina, Brasil y Turquía en su lista es extraña y limita con el sadismo, suponiendo que ella realmente sepa cual es la situación en esos países.
Si bien algunas áreas se acercan a las condiciones del primer mundo, los tres países todavía se caracterizan por miles de personas que viven en un tipo de pobreza que una colegiala europea apenas podría ni sospechar.
Gracias a la industrialización y al desarrollo auspiciado por la energía barata muchos países han salido de la pobreza. La globalización también ha ayudado, no sin un coste y un sin fin de desequilibrios traumáticos.
En las últimas décadas, países como Turquía, Malasia, Brasil, Tailandia y México, que alguna vez fueron países del tercer mundo afectados por la pobreza, ahora son países de ingresos medios. Probablemente estos países alcanzarán en las próximas décadas lo que se considera estándares de vida parecidos a los del primer mundo en el siglo XX.
Al menos, eso es lo que sucederá si personas como Greta Thunberg y su trouppe de calentólogos no se salen con la suya.
Para un país de ingresos medios o pobres, el consumo de energía barata, realizado de manera abrumadora por combustibles fósiles, a menudo es un indicador del crecimiento económico. 'Crecimiento económico' no es un concepto vacío. Representa actividad, empleo y bienestar para la gente. Y si se pudiesen eliminar las desigualdades de ingresos y la corrupción todavía sería mejor.
Esos son los problemas, y no un "cambio climático" inexistente.
Si un país quiere desarrollarse, tiene que crear cosas de valor para otros países. En el nivel de ingresos medios y bajos, eso generalmente significa fabricar vehículos, computadoras u otros tipos de maquinaria. Este ciertamente ha sido el caso en México, Malasia y Turquía.
Pero para países como estos, la única forma económica de producir estas cosas es mediante el uso de combustibles fósiles.
Por lo tanto, no es una coincidencia que el crecimiento de las emisiones de carbono y el crecimiento económico vayan a la par. Vemos esta relación en Malasia, por ejemplo:
Y en Turquía:
También en Brasil:
En azul, crecimiento del PIB. En rojo, emisiones de CO2.
Como vemos, para que los países en desarrollo puedan alcanzar el bienestar del que disfrutan Greta y la familia real monegasca, tienen que quemar combustibles fósiles y emitir CO2.
Gracias a esta industrialización impulsada por combustibles fósiles, en los últimos treinta años la pobreza extrema y otros síntomas de subdesarrollo económico se han reducido considerablemente.
Según estadísticas, la pobreza extrema en todo el mundo se redujo del 35% al 11%, de 1990 a 2013. El acceso al agua potable, la alfabetización y la esperanza de vida han aumentado en todas las áreas que se han industrializado más rápidamente en las últimas décadas.
Al igual que las emisiones de carbono siguen el crecimiento económico en los países en desarrollo,
la mortalidad infantil tiende a disminuir a medida que aumentan las emisiones de carbono.
Esto lo vemos en todo el mundo en desarrollo, por ejemplo, India.
Barras: emisiones de CO2. Línea: Mortalidad infantil en India. Un gráfico demoledor para Greta y su circo calentológico.
China, el mayor productor de CO2 del planeta. 16% de crecimiento del PIB en años buenos. Cuanto más CO2 emite, menos niños mueren. Curioso.
La industrialización no es el único factor detrás de la reducción de la mortalidad infantil, por supuesto. Pero sin duda es un factor importante. La industrialización sustenta los servicios modernos de atención médica, como los hospitales con clima controlado, y aumenta el acceso a sistemas de agua potable y saneamiento.
Greta Thunberg ignora todo esto, burlándose de la idea del crecimiento económico como un "cuento de hadas". Pero para las personas en el mundo en desarrollo, el dinero y el crecimiento económico, dos cosas que Greta Thunberg considera despreciables, se traducen en una vida mejor y más larga. En otras palabras, el desarrollo económico significa felicidad, ya que, como señaló Ludwig von Mises, "la mayoría de las madres se sienten más felices si sus hijos sobreviven, y la mayoría de las personas se sienten más felices sin tuberculosis que con ella".
La despreocupación de Thunberg por los beneficios del crecimiento económico es frecuente entre las personas de países ricos que ya viven en un mundo industrializado, construido por supuesto, gracias a los combustibles fósiles. Ellos asocian un crecimiento económico adicional con el acceso a automóviles de lujo y alta costura. Pero para los miles de millones de seres humanos que no viven en Suecia, la industrialización impulsada por combustibles fósiles puede ser la diferencia entre la vida y la muerte.
Sin embargo, Greta Thunberg considera apropiado atacar a Argentina, Brasil y Turquía por no cortar con entusiasmo sus medios principales para ofrecer rápidamente una forma de vida más saludable, mejor alimentación y menos mortalidad para la gente común.
Los chinos conocen los beneficios del crecimiento económico especialmente bien. Un país que literalmente murió de hambre durante la década de 1970, se industrializó rápidamente y adoptó un sistema de capitalismo de mercado limitado y regulado. Pero incluso este pequeño planteamiento, sostenido por combustibles fósiles, sacó de manera rápida y sustancial a mil millones de personas de una existencia miserable, amenazada regularmente por el hambre y la privación económica.
Hoy, China es el mayor emisor de carbono del mundo, con diferencia, con emisiones totales de carbono el doble que las de los Estados Unidos. Y aunque los EE. UU. Y la UE han estado reduciendo las emisiones, China ni siquiera se comprometerá a limitar sus emisiones antes de 2030. (Y una promesa no significa que realmente suceda...). Mientras tanto, India, duplicó sus emisiones de carbono entre 2000 y 2014, y su primer ministro se niega a comprometerse a reducir la generación de energía con carbón.
¿Quién puede culpar a estos países? ¿Una niña salida de la Nada? Los escolares del primer mundo podrían ir a dar una conferencia a los trabajadores de las fábricas chinas sobre la necesidad de reducir su nivel de vida, pero es probable que tales comentarios caigan en oídos sordos si la política climática significa destruir el llamado "cuento de hadas" del crecimiento económico .
Como dijo un residente chino en una red social: "Si la economía no crece, ¿qué comen las personas que viven en los países en desarrollo?"
Los defensores de los recortes drásticos en las emisiones podrían replicar: "¡incluso si nuestras políticas hacen que las personas sean más pobres, estarían mucho peor con el calentamiento global!"
¿Lo harían sin embargo?
En la ONU, Thunberg tronó: "La gente está sufriendo. La gente está muriendo [debido al cambio climático]". [Ya hemos visto que esto no es así]
Greta con Alexandria Ocasio-Cortez, candidata
alternativa del Partido Demócrata, que
llora cuando ve un parking vacío. Pobre chica.
Es fácil sentarse ante un grupo de políticos ricos y decir "cómo te atreves" por no implementar la política climática deseada. Puede ser un poco más difícil decirle a una trabajadora de una fábrica de camisetas en Bangladesh que ya basta de cobrar un sueldo porque necesitamos frenar el crecimiento económico. Por su propio bien, por supuesto.
Y este ha sido el problema con la política de cambio climático todo el tiempo. Los activistas del cambio climático nunca han argumentado de manera convincente que ventajas trae combatir el CO2 y las terribles consecuencias que comportarían para el desarrollo de la sociedad global. Esta es la razón por la cual estos activistas acaban echando mano de profecías exageradas de destrucción global total.
Por ejemplo, Al Gore, uno de los inventores del circo, dijo en su documental del año 2000 que el nivel de los mares iba a subir varios metros para 2015, o así. Nada de eso ha sucedido.
Por eso,
en 2010 se compró una fabulosa villa a tan sólo 5 metros sobre el nivel del mar con los dineros que ganó con los trapicheos comerciales del carbono.
El clima cambia de año a año, de década en década, de siglo en siglo, él solo. Las poderosas fuerzas que hacen que cambie están hoy por hoy fuera de la mano del hombre. Cualquier persona de una cierta edad puede recordar los crudos inviernos a principios de los años 70 en el Hemisferio Norte. En el año 1000, las temperaturas eran muy agradables. Sin embargo, hacia 1640 hacía un frío tremendo. En
1816 hubo un verano en el que nevó. Nadie sospechaba del CO2 "antropogénico".
No es necesario perder el tiempo sopesando las opciones de los calentólogos. Las únicas opciones son "haced lo que os decimos" o "enfrentar la extinción global total".
Es un comportamiento
calenturiento y autoritario totalmente intolerable.
Si Greta y su grupo de amigos dijeran "Vale, el crecimiento no va a poder garantizarse en el futuro debido a las limitaciones y eso exige un nuevo planteamiento. Proponemos cambiar el esquema por...". Eso sería razonable. Presentarían una alternativa.
Si Greta y los suyos dijeran: "No es necesario seguir quemando combustibles fósiles porque se ha inventado un motor que funciona con agua del grifo". Pero no: ellos mismos se delatan, porque lo único que hacen con sus exigencias de reducir emisiones de CO2 es reconocer que a día de hoy el petróleo y todo lo demás es lo único que hay.
Si Greta dijera: "No hacen falta 16 marcas de queso para untar en un supermercado y 40.000 marcas de lavadora", con lo cual se podría entrar en una fase de crecimiento sostenido. Estaríamos de acuerdo. Mucho de lo que se produce es totalmente innecesario. Por tanto se podría frenar la máquina y llevarla a un ritmo que garantizara lo más esencial, pero sin tantas variedades de queso para untar.
Si Greta hablara del excesivo consumismo y de las brutales desigualdades económicas entre ricos y pobres, en lugar de una fantasía como el "cambio climático", posiblemente sí que se parecería algo a Juana de Arco. [Espero que por el camino no la quemen...]
Si Greta denunciara que los beneficios del desarrollismo descontrolado están siendo capitalizados por un grupo de delincuentes financieros que adquieren activos con billetes del Monopoly, Greta comenzaría a gustarme.
Si Greta argumentara en lugar de soltar una rabieta infantil y amenazar con el Apocalipsis a lo mejor Greta serviría para algo.
Greta y sus amigos son un gang siniestro que se ha inventado un prodigioso anatema, sin base científica de ningún tipo, pero con posibilidades inmensas. Todo lo que en su delirante imaginación sucede es "antropogénico". La especie humana es culpable. Ya saben: una mentira repetida mil veces se convierte en verdad. Primero se llamaba agujero en la capa de ozono. Luego se llamaba calentamiento global. Y ahora se llama cambio climático.
Llevamos más de 30 años escuchando la melodía pero el desastre nunca llega. Los calentólogos son como los Testigos de Jehová. La primera vez que anunciaron el fin del mundo fue en 1972. Pero el fin del mundo se hace esperar. Lo han ido anunciando y postergando en repetidas ocasiones.
El "cambio climático antropogénico" es un dogma de fe como el de los apologetas cristianos del siglo IV d.d.C. que, en base a mucho insistir en la consubstancialidad de la carne del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, consiguieron introducir su religión en los pasillos del palacio de Constantino el Grande, hasta que éste la adopto como oficial en todo el Imperio. Con grandes beneficios para sus nuevos amigos, claro.
Las consecuencias de la acción de estos calentólogos pueden ser nefastas. Piensen que al respirar se inhala oxígeno y se expulsa... CO2!!! Tremendo. A lo mejor lo que pretenden Greta & Friends es o 1/ reducir emisiones eliminando chusma del Tercer Mundo. Menos gente respirando. O 2/ implantar una tasa por respirar. Sí, un gravamen por ensuciar el aire con el nefasto CO2. Una tasa a pagar desde que se nace hasta que se muere.
Además con las ventosidades también se produce CO2, así que es mejor dejar de comer. ¿Por qué no eliminar a 6.000 millones de personas, como proponía el ecologista radical norteamericano Dave Foreman, y así se matan tres pájaros de un tiro? Esa parece ser la única receta para el "calentamiento global".
Con esta gente todo es posible. Si han sido capaces de manipular a una niña autista y sacar a los escolares a la calle para protestar contra el cambio climático hay que esperar lo peor. El monigote con trenzas que llevan de aquí para allá soltando su furibunda retahíla de sandeces lleva un guión más que estudiado. A la pobre niña se la ha podido ver en conferencias de prensa donde se queda sin palabras ante preguntas más que simples. [
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NOTA 1: Los gráficos y parte del argumentario son de la Fundación Mises, sin que sirva de precedente.
NOTA 2: Suecia, el país de Greta, ya no es aquella "sociedad avanzada y civilizada" de antaño. Ya hace mucho tiempo que se les cayó la careta. Hoy, es
uno de los principales exportadores de armas del mundo. ¿Por qué Greta no protesta por los derechos humanos de los niños en Siria, pisoteados por las armas que su país vende?
NOTA 3: 83 científicos italianos refutaron en agosto de 2019 la poca consistencia de las teorías del cambio climático. El informe viene avalado por el cofundador de Green Peace, Patrick Moore, quien afirma que la tesis de un supuesto cambio en el clima está promovida por "científicos corruptos". [
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