Parece una pregunta rara, pero no lo es. Ahora que el Tour de France está a punto de empezar, con esa emoción indescriptible de saber quien va primero, quien lleva más anabolizantes encima, quien comanda el pelotón, quien se avitualla más de la cuenta y todo ese interesantísimo tinglado, acabo de enterarme que las bicicletas tienen mucho que ver con el sexo. No sé si fue el propio Freud o Los Ilegales los primeros en esbozar esa interesantísima teoría. En todo caso, el mito de Eunuco ha llegado por fin al mundo del ciclismo.
Sillines de bicicleta sin ‘nariz’.
Es como una especie de castración genital, pensada justamente para salvar el pene y a sus dos acompañantes. Resulta ser que la ‘nariz’ de los sillines de bicicleta (ese apéndice puntiaguado que sobresale en la parte delantera) hace que una parte considerable del peso del cuerpo recaiga en los testículos. Eso no sólo puede producir disfunción eréctil sino que además puede dañar la próstata. Podemos dar por hecho que el tradicional sillín de bicicleta, que tantos chistes verdulentos ha inspirado a lo largo de la historia, tiene los días contados. A partir de ahora, las bicicletas llevarán sillines como estos:
Como se podrá comprobar es un nuevo diseño ergonómico pensado para que el peso del cuerpo recaiga sobre los huesos de la pelvis, que para eso están, y no sobre los testículos. De hecho, ambos de ellos irán cómodamente colgando en el vacío, gracias al orificio central de este nuevo sillín en forma de anillo.
Uno de los organismos que adoptará este nuevo sillín, según informa el New York Times, es el Departamento de Policía de Seattle.
Algunos de sus agentes más mayores y con más años como policía-ciclista afirman que han comenzado a notar sensibles mejorías desde que usan el nuevo sillín.
Empiezo a entender ahora el porque de tanta droga en el Tour de France. ¿Pero no habíamos quedado que el deporte es sanísimo? No me quiero ni imaginar las historias que puede contar gente que se ha pasado la mitad de su vida montada sobre una bicicleta. Desanima sólo de pensarlo.