Según dicen, Hitler adoraba a los niños, muy especialmente a los de su círculo íntimo. Todo ello no obstó para que al final de la guerra enviará a combatir en las calles de Berlín, ante la inminente entrada del Ejército Rojo, a sus cachorros adolescentes. Muchos de ellos murieron.En la siguiente fotografía retocada se puede contemplar que tío Adolf era muy tierno. Aunque a los niños les invadía el terror de sólo verlo: