La imagen de Rhonda Byrne podría estamparse en los billetes de dolar desde que en 2007 publicara un libro que asegura que los pensamientos pueden "materializarse en objetos", algo así como proyectar en el vacío que voy a ganar una primitiva y que eso se realizará con el solo poder de mi mente. La filosofía que inspira el libraco en cuestión no es nueva. De hecho, es tan antigua como la sopa de ajo. Se llama positivismo. Cuando alguien cae en una espiral negativa y sus pensamientos son sombríos las cosas siempre van mal. Esto es así, todo el mundo lo sabe, pero esta pija de peluquería lo vende en formato libro, con notable éxito, y obviamente exagerando hasta el paroxismo los beneficios de su "positivismo". Ha vendido un porrao de libros, hasta en España. También organiza actos multitudinarios en plan misa de masas para vender su jarabe.
Esta nueva ideología ha calado de tal forma en la opinión pública en EEUU, que los telepredicadores ya no hablan del fuego del infierno, el aborto o los gays. No, dicen "piensa a lo grande, como Dios, piensa que saldras del agujero". Es una nueva Fe, pero en formato 2.0. Uno de los promotores del libro, el filósofo Bob Proctor, es un lumbreras que asegura que no existen las desigualdades sociales, sino una falta de dominio del "pensamiento positivo": "Por qué crees que el 1% de la población gana aproximadamente el 96% del dinero del mundo? ¿Crees que es por casualidad? Es porque entienden algo. Entienden 'El Secreto'. Y tú estás siendo introducido al mismo". [El lado oscuro de 'Felicilandia' - Público.es]