Es la noticia de la semana. Según Obama, un comando superespecializado de marines dirigido por Chuck Norris y Bruce Willis capturó y mató al terrorista más buscado desde hace más de diez años. Las historias que se han explicado sobre dicha operación y todo su entorno son tan patéticas que cualquier persona mínimamente informada puede reirse a carcajadas ante semejante show.
El exministro de exteriores del gobierno Tony Blair, Robin Cook murió en 2005 de un misterioso ataque cardiaco después de declarar poco más o menos que estaba hasta los guebos de que le hablaran del "terrorismo global" y que "al-qaeda no era más que una base de datos de la CIA de terroristas islámicos de quita y pon". Las pruebas de que la autoría del 11-S están más cerca del entorno Bush que de las filas del integrismo islámico están en internet a disposición de todo el mundo. La sarta de mentiras que estamos oyendo estos días es vomitiva. Esto da asco y habrá que comenzar muy en serio a cuestionar TODO lo que dicen los medios de intoxicación masiva.
Vamos a ver como se monta una farsa mediatica con un villano inventado. El ejemplo lo tenemos en la propia historia de España. Cojamos el caso Tejero. Tenemos un golpista, auténtico, decidido a acabar con el Estado de Derecho. Hay una necesidad de poner orden. El individuo es manipulable. Se crea una trama. El CESID, el Rey, el general Armada, Múgica Herzog. Tejero se acaba creyendo efectivamente que está dando un golpe de Estado. Coge el tricornio y la pistola y se lanza al ruedo. Pero no: es solo un polichinela cuyos hilos se mueven desde un lugar ignoto. Así pues, no es de extrañar que durante una de las sesiones del juicio por el 23-F, cuando le preguntaron: "¿Que hacia usted allí?" se le oyera murmurar por lo bajo: "Eso me gustaría saber a mi". No es excusable porque se trataba de un golpista auténtico. Pero sirve como ejemplo de que el ejecutor de la obra muchas veces no es más que un robot teledirigido por alguien que está sentado en un despacho. En este caso, Al-Qaeda y Tejero son exactamente lo mismo. Si les preguntaran a los presuntos terroristas que secuestraron los aviones como habían llegado alli, seguramente la respuesta sería la misma: "Eso me gustaría saber a mi". De hecho, algunos de ellos ni siquiera estuvieron allí.
La historia de Osama Bin Laden y la del fundamentalismo islámico en general no es creible. Ese repentino repunte del Islam trasladado a la vida cotidiana huele bastante mal. Hubo un tiempo en el que el mundo árabe estaba dirigido por líderes laicos como Nasser. El joven Osama estudiaba en Inglaterra e iba vestido según la moda glam de la época. Era la época de los jeans marcando paquete.
Osama, derecha, junto a dos chicas, una sin sostén y la otra con minifalda. Eso lo prohíbe totalmente el Corán, pero a él parecía que no le importaba mucho. Así que el fundamentalismo islámico, en realidad, es una moda relativamente nueva. Antes de 1979 no existía.
Estudiantes árabes en Londres. Por la vestimenta, año 1973 ó 1974. Señalado con un círculo, Osama Bin Laden. Detalle curioso: todos ellos vestidos a la última moda. Ninguna de las chicas lleva pañuelo en la cabeza.
Habría que ahondar en las raíces del fundamentalismo islámico y en los tiempos en los que Osama, miembro de una acaudalada familia de origen yemení, con muchos intereses petroleros con la familia Bush, era un agente de la CIA que luchaba codo con codo con los miricanos para echar a los soviéticos de Afghanistan.
Curiosamente, la invasión de Afghanistan por los rusos y la aparición de una figura totalmente impredecible como fue el Ayatolah Jomeini cogieron en jaque a Jimmy Carter. A pesar de los problemas que los miricanos tuvieron con la crisis de los rehenes en Irán, la inteligencia USA bien pronto comenzó a verle una utilidad a ese fanatismo religioso en el mundo árabe. A saber. El mundo árabe estaba lleno de líderes laicos proclives a alinearse con los soviéticos y eso no molaba nada. La aparición de unos fanáticos ultraconservadores de sesgo religioso -lo mismo que son Bush y el Tea Party pero en versión cristiana- podía ser una alternativa interesante a líderes como Saddam o Gaddafi. (¿Alguien se ha preguntado por qué Gaddafi es un enemigo irreconciliable de Al-Qaeda?)
Si se lee la saga "Dune", película de ciencia ficción y novela original de Frank Herbert se puede comprobar que en los años 80's los miricanos tenían una especie de fascinación hipnótica por el fanatismo religioso árabe y la yihad. Siempre y cuando ésta fuera canalizada para luchar contra el enemigo socialista podía ser muy útil. Finalmente, derrotada la URSS, los miricanos tuvieron que buscarse un nuevo enemigo de pacotilla para justificar su papel de gendarme mundial. Primero se encontraron con su ex-amigo Saddam. Le metieron una tunda en directo por la CNN pero no lo derrocaron. Todo un misterio. Pero a mediados de los 90's se encontraron con algo mejor. Un misterioso sheik saudí afincado en Somalia (si no recuerdo mal) dispuesto a cumplir con su rol de Darth Vader, el doctor Infierno, Lex Luthor o el Joker de Batman. Es decir, la figura diabólica ideal para la infantil filosofía de masas de la cultura americana.
Habría que ahondar en las raíces del fundamentalismo islámico y en los tiempos en los que Osama, miembro de una acaudalada familia de origen yemení, con muchos intereses petroleros con la familia Bush, era un agente de la CIA que luchaba codo con codo con los miricanos para echar a los soviéticos de Afghanistan.
Curiosamente, la invasión de Afghanistan por los rusos y la aparición de una figura totalmente impredecible como fue el Ayatolah Jomeini cogieron en jaque a Jimmy Carter. A pesar de los problemas que los miricanos tuvieron con la crisis de los rehenes en Irán, la inteligencia USA bien pronto comenzó a verle una utilidad a ese fanatismo religioso en el mundo árabe. A saber. El mundo árabe estaba lleno de líderes laicos proclives a alinearse con los soviéticos y eso no molaba nada. La aparición de unos fanáticos ultraconservadores de sesgo religioso -lo mismo que son Bush y el Tea Party pero en versión cristiana- podía ser una alternativa interesante a líderes como Saddam o Gaddafi. (¿Alguien se ha preguntado por qué Gaddafi es un enemigo irreconciliable de Al-Qaeda?)
Si se lee la saga "Dune", película de ciencia ficción y novela original de Frank Herbert se puede comprobar que en los años 80's los miricanos tenían una especie de fascinación hipnótica por el fanatismo religioso árabe y la yihad. Siempre y cuando ésta fuera canalizada para luchar contra el enemigo socialista podía ser muy útil. Finalmente, derrotada la URSS, los miricanos tuvieron que buscarse un nuevo enemigo de pacotilla para justificar su papel de gendarme mundial. Primero se encontraron con su ex-amigo Saddam. Le metieron una tunda en directo por la CNN pero no lo derrocaron. Todo un misterio. Pero a mediados de los 90's se encontraron con algo mejor. Un misterioso sheik saudí afincado en Somalia (si no recuerdo mal) dispuesto a cumplir con su rol de Darth Vader, el doctor Infierno, Lex Luthor o el Joker de Batman. Es decir, la figura diabólica ideal para la infantil filosofía de masas de la cultura americana.
¿Qué mejor excusa para invadir Irak (petróleo) y Afghanistan (opio) que decir que unos terroristas le han pegado un golpe en pleno NY? (Es tan de risa que hasta da asco) La supuesta "guerra contra el terror" -y este es un hecho indiscutible y fuera de toda duda- es un plan estratégico tramado desde la propia inteligencia USA para tener el control del petróleo y situar peones y tropas en zonas geoestratégicas de interés. Las gilipolleces sobre Bin Laden son solo una necesidad del guión. Bin Laden puede vivir perfectamente hoy en Canada, se llama Larry Bossman, se ha aclarado la piel en plan Michael Jackson y operado la nariz y tiene un pasaporte suizo. Trabaja en una multinacional como jefe de planta -un cargo discreto- y recibe misteriosas transferencias de la CIA a través de una cuenta que tiene a nombre de una sociedad instrumental... Hasta es posible que no haya existido nunca.
EL INVENTO BIN LADEN
"Quizás muchas personas todavía se preguntan si Bin Laden está vivo, muerto o si existió realmente. Eso ya no tiene importancia. No ha sido más que un personaje creado para llevar a cabo los criminales objetivos del poder mundial: asesinar, robar, invadir y someter a toda la población mundial a un control estricto con la excusa del terrorismo".