Cuando hablamos de este álbum nos estamos refiriendo a una obra maestra de los 80, un proyecto conceptual comparable al White Album de los Beatles, sólo que Sandinista fue un disco triple, pese a su posterior edición en CD como disco doble.
Después del magnífico London Calling, el dúo Strummer/Jones se embarcó en un largo proyecto de estudio con estancias prolongadas en Manchester, Jamaica y los EEUU. Para dicho proyecto contaron con la colaboración de no pocos mercenarios, pero el resultado fue, al menos a mi parecer, espectacular. Los punkis puristas de la época les pusieron verdes, pero al fin un grupo surgido del punk llegaba a su madurez músical después de unos años haciendo ruido. En el mundo estallaban en 1980 diversas tendencias que con el tiempo tendrían una influencia determinante en la música moderna. En New York y Chicago había nacido el rap. La disco-music adoptaba un nuevo formato que aún tendría algo que decir a principios de los 80. El rock'n'roll tradicional continuaba vivo. El revival Mod estaba en pleno auge. La etiqueta New Wave parecía englobarlo todo. Y el reage había llegado a un punto de madurez que le abriría las puertas de todos los mercados. En ese aspecto, The Clash fueron de los primeros en exhibir la etiqueta Dub. En Europa, este grupo se encargó de popularizar los ritmos jamaicanos entre los adictos al rock.
En Sandinista! The Clash hacen uso de una gran cantidad de estilos que durante treinta años han formado la columna vertebral de la música moderna. No hay ni un solo 'palo' de la baraja que no toquen. Desde los sonidos caribeños al jazz más salvaje. Desde el reage cósmico de influencia psicotrópica al punk-rock más tradicional. Coquetean con temas que podrían considerarse new-age e incluso tuvieron tiempo de explorar espacios intimistas con adornos de rock sinfónico como en el magnífico Rebel Waltz. La canción protesta también está presente en Washington bullets o Ivan meets G.I.Joe. El tema estrella era el primer corte de la cara A del disco 1 The Magnificent Seven, una pieza que hacía intuir los futuros coqueteos del rock con la disco-music y el rap.
Es un disco que no pasa inadvertido.