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20161026

Frases "históricas" que quizás no pasen a la Historia

Que la economía NO ES UNA CIENCIA es un hecho que se ha resaltado en este blog en más de una ocasión ver 1 / ver 2. Y no será la última. El principio de Arquímedes, por ejemplo, sí es una ciencia, porque todas sus premisas son válidas. El tamaño de una piedra es el que es, y el volumen de agua que saldrá  expulsada de la bañera una vez la depositas dentro son parámetros que no admiten discusión de ningún tipo. Sin embargo, conceptos económicos como "volatilidad", "oferta", "demanda", "inflación", "mercado" o "crisis" no están sujetos a ningún valor matemático válido. Se basan fundamentalmente en fenómenos fortuitos o en apreciaciones subjetivas donde el "miedo", el "deseo" y la "confianza" ocupan un lugar central. Ni el miedo, ni el deseo ni la confianza pueden ser valorados con ningún parámetro racional. Son conceptos totalmente abstractos.

La actual economía, [o mejor: "econosuya"] es un cóctel de Bet&Win y el Oráculo de Delfos. No puede considerarse una ciencia como, por ejemplo, los principios de la Termodinámica o las Leyes de la Gravedad. El único principio motor que la mueve es la ambición compulsiva de tipejos que quieren jugar al Monopoly hasta la Eternidad. Ambición, otro concepto abstracto. Eternidad, otro.
El señor que veis en la foto no es el Sr. Burns. No, se trata de Alan Greenspan, presidente de la Reserva Federal entre 1987 y 2006. Para que nos entendamos, es un organismo que pasa por ser el Banco Central de EEUU, cuando en realidad es un consorcio mafioso dominado por la banca privada, Goldman Sachs, JP Morgan, CityGroup, Bank of America, etc etc. Se trata de una máquina que emite billetes de Monopoly sin ningún valor, cuya repercusión en la economía mundial es de dimensiones colosales. Eso, hasta que el tinglado explote, que no le queda mucho.

La indefinición científica de eso que llaman economía quedó de manifiesto cuando este personaje central de la economía mundial dijo:
“Uds. creen que entendieron lo que yo dije pero no saben si lo que dije quiere decir lo que yo quise decir”
Vamos. Si alguien se siente deprimido porque no entiende la cháchara económica ni sus difusos conceptos, no tiene más que leer esta frase y entenderá por qué.