En estos días, Apaña entera está sobresaltada por una violación en grupo en la fantástica fiesta de los Sanfermines. Cinco canis calorros, uno de ellos Guardia Civil, abusaron de una niña de 18 años, es decir, una persona que sólo es madura legalmente. Si la cuestión hubiese sucedido sólo unos meses antes, estos tipos se hubiesen tenido que enfrentar a acusaciones más graves como "abuso de menores" e incluso pederastia. Pero no: el juez ha decidido que como no hay pruebas forenses de forcejeo, los tipos pueden salir bajo fianza con tan sólo seis mil euritos.
Como se puede comprobar son cinco pintas con el look clonado de cientos de miles de clones como ellos. Van de machotes, de chicos rudos, pero como veremos más adelante, su supuesta hombría se puede poner más que en cuestión.
En mi opinión, la chica deambulaba por el lugar buscando algo y lo que se encontró fue un encierro contra el que no pudo reaccionar. No hubo violencia física; lo que sí hubo fue la violencia psicológica del grupo contra una víctima que se vio desarmada. Muy metafórico y muy alegórico, pues justamente los encierros sanfermineros tienen su razón de ser en las corridas de toros. ¿Y que son las corridas de toros? Pues justamente eso: una violación grupal contra una víctima que no puede defenderse. Unos cuantos matones vestidos de lagarterana se entretienen clavándole sus armas punzantes a una sola víctima que está allí completamente a su merced. Ya digo: muy alegórico y muy metafórico.
Hubiera o no "violación" hay otros aspectos que son importantes en este tema.
Primero, un hombre maduro, responsable, moral y psicológicamente equilibrado, no participa en eventos aberrantes como la práctica de sexo en grupo sobre una sola mujer. Eso es propio de gente perturbada con un concepto de sexualidad desviada.
Una persona madura y psicologicamente estable, cuando se encuentra con una chica de dieciocho años en estado etílico lo que hace es protegerla, acompañarla hasta su casa o llevarla donde está su grupo de amigos/amigas. Un guardia civil debería saber eso mejor que nadie.
Estos tipos igual se creen muy machotes después de la "hazaña" que protagonizaron. Pero..., ¿lo son realmente? Cabe dudarlo. Cualquier psiquiatra puede determinar el grado homoerótico que conlleva participar en una sesión de "sexo" junto a otros hombres con los pantalones bajados y el miembro erecto.
Al respecto recuerdo una entrevista con un actor porno que se dedica a este tipo de "eventos" profesionalmente y comentaba el terror que le producía el sólo roce con el vello de las piernas de otro tío en la "escena del crimen". Comprensible.
Otro aspecto chocante es su identificación como "manada". Es otro elemento plagado de resonancias homoeróticas. Conlleva valores como "lealtad", "camaradería", "afecto", "afinidad" e incluso "amor" hacia sus iguales, es decir, compañeros de su mismo sexo.
La "masculinidad" o condición de "machos" de este grupo de calorros queda en entredicho al ejercer la fuerza del grupo sobre una sola oponente, mucho más débil. Un "machote" no abusa nunca de gente que está por debajo de su nivel. Un verdadero "machote" sólo se enfrenta a enemigos de igual categoría o, para demostrar aún más hombría, a oponentes de superior fuerza.
Este grupo de canis calorros lo que en realidad padecen es una sexualidad enfermiza donde la mujer sólo sirve de vehículo para canalizar el afecto que sienten entre ellos. Es una homosexualidad soterrada, no aceptada, un conflicto interior que les corroe por dentro. Un "machote de verdad" no usa a la mujer como un objeto, sino que se planta ante ella como un igual, y acepta los retos que ella le propone.
Lo más indignante de todo es que estos canis se crean que son una "manada de lobos". Esto es un insulto al lobo como animal. Los lobos no cazan por vicio o depravación. Lo hacen para alimentar a su prole. El lobo es un hermoso animal, muy tierno y amoroso en su círculo íntimo, cuando está con su clan.
Desafortunadamente, sobre los lobos pesa una leyenda negra que hace de él un animal sanguinario.
El tema de esta chusma ha hecho correr ríos de tinta. Sin embargo, muchos olvidan....
Como no podía ser de otra forma, ese gran festival de los sanfermines, "la fiesta más cachonda del mundo", esconde un sinfín de cuestiones sórdidas en su seno, aparte de las ya habituales toneladas de basura, orines y vómitos. El fiestorro en cuestión se basa esencialmente en que las autoridades dan barra libre durante una semanita para el desenfreno total.
Se permite un macrobotellón de dimensiones orgiásticas sin que la policía local vaya a dispersar a los congregados. Los participantes suelen ser por norma general anglosajones y gente que ha mixtificado el concepto de bacanal romana y cree estar ejercitando una 'libertad' por encima de lo que ordinariamente está permitido. Es decir: se tiene libertad para beber, orinar, vomitar, violar, lanzar toneladas de basura a las calles, frotarse con todo aquello que tenga dos o cuatro patas y exponer la vida a los cuernos de un toro o a un coma etílico.
Como se puede comprobar son cinco pintas con el look clonado de cientos de miles de clones como ellos. Van de machotes, de chicos rudos, pero como veremos más adelante, su supuesta hombría se puede poner más que en cuestión.
En mi opinión, la chica deambulaba por el lugar buscando algo y lo que se encontró fue un encierro contra el que no pudo reaccionar. No hubo violencia física; lo que sí hubo fue la violencia psicológica del grupo contra una víctima que se vio desarmada. Muy metafórico y muy alegórico, pues justamente los encierros sanfermineros tienen su razón de ser en las corridas de toros. ¿Y que son las corridas de toros? Pues justamente eso: una violación grupal contra una víctima que no puede defenderse. Unos cuantos matones vestidos de lagarterana se entretienen clavándole sus armas punzantes a una sola víctima que está allí completamente a su merced. Ya digo: muy alegórico y muy metafórico.
Hubiera o no "violación" hay otros aspectos que son importantes en este tema.
Primero, un hombre maduro, responsable, moral y psicológicamente equilibrado, no participa en eventos aberrantes como la práctica de sexo en grupo sobre una sola mujer. Eso es propio de gente perturbada con un concepto de sexualidad desviada.
Una persona madura y psicologicamente estable, cuando se encuentra con una chica de dieciocho años en estado etílico lo que hace es protegerla, acompañarla hasta su casa o llevarla donde está su grupo de amigos/amigas. Un guardia civil debería saber eso mejor que nadie.
Esta es la cara de psicópata perturbado que ponía uno de los canis en el lugar de los hechos. Imagen de vídeo tomada por ellos mismos. |
Al respecto recuerdo una entrevista con un actor porno que se dedica a este tipo de "eventos" profesionalmente y comentaba el terror que le producía el sólo roce con el vello de las piernas de otro tío en la "escena del crimen". Comprensible.
Otro aspecto chocante es su identificación como "manada". Es otro elemento plagado de resonancias homoeróticas. Conlleva valores como "lealtad", "camaradería", "afecto", "afinidad" e incluso "amor" hacia sus iguales, es decir, compañeros de su mismo sexo.
La "masculinidad" o condición de "machos" de este grupo de calorros queda en entredicho al ejercer la fuerza del grupo sobre una sola oponente, mucho más débil. Un "machote" no abusa nunca de gente que está por debajo de su nivel. Un verdadero "machote" sólo se enfrenta a enemigos de igual categoría o, para demostrar aún más hombría, a oponentes de superior fuerza.
Este grupo de canis calorros lo que en realidad padecen es una sexualidad enfermiza donde la mujer sólo sirve de vehículo para canalizar el afecto que sienten entre ellos. Es una homosexualidad soterrada, no aceptada, un conflicto interior que les corroe por dentro. Un "machote de verdad" no usa a la mujer como un objeto, sino que se planta ante ella como un igual, y acepta los retos que ella le propone.
Lo más indignante de todo es que estos canis se crean que son una "manada de lobos". Esto es un insulto al lobo como animal. Los lobos no cazan por vicio o depravación. Lo hacen para alimentar a su prole. El lobo es un hermoso animal, muy tierno y amoroso en su círculo íntimo, cuando está con su clan.
Esto es un lobo. Tú, no más que un degenerado subnormal. |
El tema de esta chusma ha hecho correr ríos de tinta. Sin embargo, muchos olvidan....
EL CONTEXTO
Como no podía ser de otra forma, ese gran festival de los sanfermines, "la fiesta más cachonda del mundo", esconde un sinfín de cuestiones sórdidas en su seno, aparte de las ya habituales toneladas de basura, orines y vómitos. El fiestorro en cuestión se basa esencialmente en que las autoridades dan barra libre durante una semanita para el desenfreno total.
Se permite un macrobotellón de dimensiones orgiásticas sin que la policía local vaya a dispersar a los congregados. Los participantes suelen ser por norma general anglosajones y gente que ha mixtificado el concepto de bacanal romana y cree estar ejercitando una 'libertad' por encima de lo que ordinariamente está permitido. Es decir: se tiene libertad para beber, orinar, vomitar, violar, lanzar toneladas de basura a las calles, frotarse con todo aquello que tenga dos o cuatro patas y exponer la vida a los cuernos de un toro o a un coma etílico.
¡Pobre de mi! He vuelto a Delaware en silla de ruedas... |
En resumen, un precio muy alto para quien cree que andar todo el día borracho buscando rollo es una 'libertad'. Pero bueno, la gente es libre incluso de buscar sus propios engaños y esclavitudes. Hasta aquí, todo ok.
Pero el tema sanferminero no se acaba con los infortunados accidentes. Como toda fiesta taurina que se precie, el machismo está presente en todas sus facetas. Si mucho no me equivoco, las mujeres no pueden correr los encierros. Eso que se ahorran, porque cuesta trabajo concebir una subnormalidad de mayor calibre que ver a cuatro idiotas correr delante de unos toros confundidos. Eso es lo que se supone que forma parte de la leyenda. El tema, como se puede ver, siempre va de "encierros" y "corridas". Qué curioso, ¿no?
Muchas veces hemos podido ver imágenes de mujeres en pleno éxtasis, semidesnudas entre la chusma embriagada, con más de una mano impregnada en calimocho tentando sus pechos. Eso se suele considerar muy original, una muestra del desenfreno circundante. No haré el comentario machista de rigor...
El tema de las violaciones en los Sanfermines no es nuevo. Las fotos que he colocado aquí tienen siete años. En 2011, la agencia Reuters [ver], publicó que en los cachondísimos sanfermines fueron denunciados ese año cinco casos de violación durante una semana, aunque se estima que muchos otros no fueron denunciados. "Las víctimas se sienten avergonzadas, y luego tienen que enfrentarse a preguntas como ¿qué estaba haciendo allí, en ese momento, con ese tipo?" ¿Os suena de algo? Repito: 2011.
Francamente, yo creo que la "libertad" es un concepto muy mal entendido. La libertad también consiste en ponerte a ti mismo límites y no sobrepasar las líneas rojas de la existencia. Lo que ocurre en los "cachondísimos sanfermines", aparte de ser una inmunda fiesta con toros, es que se le permite a la chusma extralimitar su vida cotidiana hasta extremos sólo comparables con una situación de guerra o de plagas terminales. La violación masiva de mujeres alemanas por parte de los soviéticos en 1945 o las orgías que hubo en Italia entre gente deshauciada por la peste negra en la Edad Media serían un ejemplo.
Mi opinión es que, no sólo hay que ponerle el cerrojo definitivo a las corridas de toros, sino prohibir de forma terminante la "cachondísima fiesta" de los borrachos. Andar todo el día bebiendo o enseñar las tetas entre un grupo de alcohólicos no es "libertad". Eso es estupidez.
Toros, alcohol, estupidez y Hemingway no dan para más.
La libertad es otra cosa muy distinta, chicos/as.
El tema de las violaciones en los Sanfermines no es nuevo. Las fotos que he colocado aquí tienen siete años. En 2011, la agencia Reuters [ver], publicó que en los cachondísimos sanfermines fueron denunciados ese año cinco casos de violación durante una semana, aunque se estima que muchos otros no fueron denunciados. "Las víctimas se sienten avergonzadas, y luego tienen que enfrentarse a preguntas como ¿qué estaba haciendo allí, en ese momento, con ese tipo?" ¿Os suena de algo? Repito: 2011.
Francamente, yo creo que la "libertad" es un concepto muy mal entendido. La libertad también consiste en ponerte a ti mismo límites y no sobrepasar las líneas rojas de la existencia. Lo que ocurre en los "cachondísimos sanfermines", aparte de ser una inmunda fiesta con toros, es que se le permite a la chusma extralimitar su vida cotidiana hasta extremos sólo comparables con una situación de guerra o de plagas terminales. La violación masiva de mujeres alemanas por parte de los soviéticos en 1945 o las orgías que hubo en Italia entre gente deshauciada por la peste negra en la Edad Media serían un ejemplo.
Mi opinión es que, no sólo hay que ponerle el cerrojo definitivo a las corridas de toros, sino prohibir de forma terminante la "cachondísima fiesta" de los borrachos. Andar todo el día bebiendo o enseñar las tetas entre un grupo de alcohólicos no es "libertad". Eso es estupidez.
Toros, alcohol, estupidez y Hemingway no dan para más.
La libertad es otra cosa muy distinta, chicos/as.