Se trata de un opinólogo que sin duda todos conoceréis. Se destaca fundamentalmente por su ardiente defensa del capitalismo, el libre mercado, la democracia y las piruletas de fresa. Llama tarados a todos los “adoradores de dictaduras” (referido a todo lo que él considera "socialismo"), pero de las dictaduras de derecha no suele decir nada. Incluso opina que Adolf no fue especialmente “despiadado y cruel”.
Pero la pregunta es: ¿este tipo tiene algún motivo racional para estar tan contento con el capitalismo?
A ver. La pauta de comportamiento de un ricachón que goza de todos los beneficios de la maravillosa sociedad capitalista es la siguiente. El sábado por la tarde, tras despachar algunos asuntos de dinero urgentes, coge a su familia, la monta en un monovolumen de alta gama y se dirige a la preciosa casa que tiene en una urbanización de lujo, rodeada de naturaleza.
El domingo se dirige al restaurante de un parador nacional y se come un cochinillo asado acompañado de un tinto 50 euros la botella. La cuenta le sale por cerca de 300€. Bah, no importa. Calderilla.
Un estudio especial del Pinch Request Institute revela que el cuñao en cuestión tiene una vida vacía, alienada y triste que no se corresponde con ningún beneficio del capitalismo.
Actividad en Quora domingo por la mañana:
Nada más levantarse, 16 respuestas en 36 minutos. Sobre cualquier tema. Es ajjjperto en todo.
Hace una parada de una hora para unas partidas de algún videojuego y vuelve a la carga.
Entre las 14:00 y las 15:00 come alguna bazofia recalentada en el microondas, mientras ve un telediario cutre que le habla de la suerte que tiene de vivir en un régimen mediocrático.
Después de una siesta, se hace una p…, juega unas partidas más de un videojuego chungo y vuelve a Quora con vigor renovado:
7 respuestas en 47 minutos más, incluyendo consejos sobre como meterse el dedo en el ano.
Cena rápida de 20 minutos y nueva avalancha de verborrea barata:
Aquí lo tenemos: 19 respuestas en 1 hora:38 minutos. 46 respuestas desde las 11 de la mañana a las 11 de la noche. ¡Qué maravillosa vida, gozando de los beneficios de la democracia, la libertad y el libre mercado!
¡Este imbécil no salió de su miserable choza en todo el día!
Naturalmente, muchos os preguntaréis… ¿este menda trabaja? Sí, porque parece que dedica todo el día a responder chorradas en Quora.
Pues si. El estudio del Pinch Request Institute revela que el cuñao tiene un trabajo de 9 a 14 horas y de 15 a 18. ¿Dónde? No es fácil precisarlo, pero siguiendo el rastro de las boñigas que deja en Quora, se sospecha que debe trabajar en una empresa subcontratada por un importante banco y que su trabajo consiste en reiniciarle el ordenador a alguna secretaria inútil cuando se queda colgao.
Por supuesto intenta ligar, pero el estudio indica que el cuñao este tiene menos gracia que una mierda de vaca enganchada en un palo y que no se ha comido un rosco en su vida. (Sí, porque de joven era un jevi feo al que le gustaba Gigatron)
No, obstante, los datos revelan una actividad anormal durante su jornada laboral.
Lunes:
¡Escándalo mayúsculo! Resulta que el cuñao responde a 9 preguntas en horario laboral. O sea, 11 minutos para elaborar 6 respuestas cuando apenas lleva una hora en su puesto de trabajo. (¡¡!!) ¡¡Y dos más con la excusa de ir al water a las 12:00!!
Esto requiere que su estupendo empleador empresarial de libre mercado le diga que menos Quora y más trabajar. Esa actitud reduce la productividad, la competitividad y la rentabilidad. ¡Expediente disciplinario al canto!
Entre 14:00 y 15:00 horas el cuñao se va a comer a un bar flatulento y mientras espera que le traigan el rancho, aprovecha el compás de espera para responder 4 preguntas más:
Sale del trabajo a las 18:00 y en cuanto llega a su guarida polvorienta lanza una nueva andana de sandeces.
11 respuestas en 22 minutos.
Hace una pausa para bajar a comprar un poco de porquería para cenar y oye más noticias sobre la suerte de vivir en un régimen mediocrático.
Vuelve de comprar y mientras guarda los alimentos precocinados en el congelador lanza 7 ráfagas más de diarrea verbal.
Una pausita para cenar y después más:
Otro día más en el maravilloso mundo capitalista de un empleaducho miserable que no tiene otra "vida" que una red social. Ni cochinillo, ni monovolumen, ni segunda residencia, ni ná de ná.
¡Mediocracia! ¡Libertad! ¡Gracias, capitalismo!