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20240530

Ucrania: la delirante construcción de un nacionalismo enfermo

Mural en el metro de Járkov (ciudad rusa fundada por Alejandro I, zar de Rusia, en 1654 y poblada por miles de ucranianos de habla rusa)

Como se puede apreciar, se trata de una representación de la alucinante versión de la historia que el Régimen nazi de Kiev ha estado implantando en el cerebro de sus ciudadanos desde el golpe de Estado de 2004, conocido como "Revolución Naranja", que puso en el poder al pro-occidental Viktor Yuschenko. Fue bajo la presidencia de Yuschenko que se erigieron monumentos a todos los criminales colaboradores nazis de Ucrania.

En el mural, se puede observar una escena dantesca, producto del uso excesivo de psicotrópicos.

Stepan Bandera y Roman Shukhevich presiden un tribunal que sólo existe en la mente enferma del pintor de la obra. Se puede observar como ambos están sentados a un lado y otro de una silla vacía de mayor tamaño, iluminada por la luz divina. Es decir, ambos se sientan a un lado y otro de Dios. Me recuerda a los dos ladrones que fueron crucificados a un lado y otro de Cristo.

La información sobre estos dos criminales colaboracionistas nazis está al alcance de todo el mundo en internet. Resumiremos. Bandera, fundador de la rama violenta del nacionalismo ucraniano, partidario de exterminar a todos los "invasores" de un país inventado que no llegaba más allá de la región de Lvov e Ivano Frankivsk. Un terrorista condenado a muerte por matar al ministro del interior polaco que fue liberado por sus amigos nazis en 1939. Shukhevich, una auténtica máquina de matar, autor de miles de asesinatos de judíos, polacos y otros. Era una auténtica bestia que continuó combatiendo a los soviéticos hasta 1950. Se necesitó todo un pelotón para acabar con él.

Estos dos sujetos son el equivalente ucraniano de Adolf Hitler (ideólogo de un credo criminal) y Heinrich Himmler, promotor de una matanza calculada y planificada.

El nacionalismo de psiquiátrico que se ha instalado en Ucrania en los últimos 16 años acepta el exterminio de todo aquel que sea considerado un "invasor" de "su" tierra y considera justificada cualquier acción, por más grotesca que sea, con tal de conseguir un Estado ucraniano "puro".

El único problema es que "su" tierra nunca fue suya y que los "invasores" llevan viviendo en ella desde hace tres siglos.

La creación, por los medios que sean necesarios, de un Estado ucraniano ha acarreado miles de muertos desde 1918. Ucrania nunca existió en la vida, y cuando por fin los nacionalistas ucranianos se frotaban las manos con la creación de su anhelado Estado gallego, Polonia ocupó los territorios del Oeste (pertenecientes a la Rusia Soviética), aprovechando que los bolcheviques estaban ocupados en una guerra civil. Desde esa fecha, en Ucrania sólo existe un nacionalismo de perros rabiosos. Unos perros rabiosos capaces de aliarse con los verdugos nazis con tal de conseguir la "independencia".

¡Pero que pringaos! Los nazis los hubieran utilizado como criados, habrían acabado matando a muchos de ellos y su soñado Estado independiente sólo existiría en sus más delirantes sueños. Bandera era un auténtico gilipollas si pensaba que los nazis le ayudarían a crear un estado independiente. Al parecer no leyó el capítulo 'Lebensraum' en Mein Kampf.

En el tribunal de este mural se observa que en la sala hay una jaula en llamas, dentro de la cual están algunos de los representantes de lo que estos enfermos mentales llaman "el mundo ruso". Lenin (el creador de Ucrania en sus dimensiones actuales), Stalin, Pedro el Grande, Catalina la Grande (creadora de muchas ciudades importantes en la actual Ucrania y conquistadora de Crimea), etc. De forma harto surrealista, incluyen a Gengis Khan como supuesto integrante del "mundo ruso".

Cabe plantearse si un país donde todo el mundo sabe hablar ruso, donde incluso los promotores del inventado idioma ucraniano hablan ruso en su casa, donde hay miles de matrimonios mixtos, donde por historia una buena parte de su territorio es de habla rusa, donde por su situación geográfica y sus particularidades económicas, sociales y históricas están obligados a una política de buena vecindad, puede desvincularse de "el mundo ruso". Sólo un loco puede pretender algo así.

Esta gente abusa de sustancias ilegales. Obsérvese como dentro de la jaula infernal está también Adolf Hitler. Alucinante. Pretenden hacer creer que los nacionalistas de Bandera y Shukhevich "también" se enfrentaron a los nazis. Pintan a Hitler como un "enemigo", en un país donde hay una inundación de iconografía nazi, donde muchos se tatúan incluso la imagen de Adolf Hitler.

Bandera (el "héroe nacional" de Ucrania) pretendía que el "gran Reich alemán" (palabras suyas) ayudara a la creación de una "nación independiente" ucraniana. Los nazis lo encerraron en un campo de concentración para tenerlo controlado, lo que ha servido de pretexto para crear la leyenda de que el pueblo ucraniano luchaba "también" contra los nazis. Los nazis metieron a Bandera en un pabellón especial de presos VIP y en cuanto salió se unió a la Abwehr, el servicio de inteligencia militar de la Alemania nazi. Hmmm, bonita manera de luchar contra los nazis.

En condiciones normales, Bandera, Stetsko, Shukhevich y otros cientos de criminales colaboracionistas nazis ucranianos deberían haber sido invitados a pasar por los cadalsos de Nuremberg, pero como todos sabemos, estos fieles lameculos, en cuanto sus amos nazis desaparecieron, se ofrecieron para "trabajar" a los servicios de inteligencia occidentales. Si no, ¿qué hacia Bandera en 1959 viviendo tranquilamente en Munich? ¿De qué trabajaba? ¿De panadero?

"Meme" soviético de 1956 donde se retrata al nacionalismo ucraniano como lo que es: un simple pordiosero que lame la mano de Occidente.

Otros detalles del mural de Járkov muestran a un ucraniano con el bonito peinado jojól, dos víctimas del llamado "Holodomor", dos prisioneros de un campo de concentración (cuando fueron ellos los que trabajaban en esos campos como verdugos) y un lindo angelito con las alas de color rojo y negro, la bandera del Ejército Insurgente Ucraniano, autor de miles de muertes de polacos en 1943.

Esta distorsionada visión de la realidad es la que ha llevado a miles a morir inútilmente, por un país imaginario, cuyo destino es más que incierto.