Cuando se trata de hablar de híbridos, no hay otro que esté más de moda. El tándem Merkel-Sarkozy ha dado a luz una de las simbiosis más asombrosas del milenio. Dispuestos a acabar con la paciencia de toda Europa, tanto el uno como el otro se han lanzado a poner a dedo en puestos de importancia a diversos sujetos, a fin de gobernar las naciones por medio de sus cuentas públicas. Lo que no consiguieron ni Hitler ni Napoleón están a punto de conseguirlo este dúo de cantamañanas. La cuestión está en salvar el euro, un invento de los alemanes para hacernos creer que Europa es una casita de chocolate gobernada por una bruja gorda y buena.
Ese engendro nacido en una noche de tormenta (de tormenta financiera, entiéndase) ha venido en llamarse MERKOZY. Muchos tratan de imaginarse como se materializaría el monstruo si alcanzara el espectro visible. Yo me lo imagino con las características de ambos, pero con corazón mecanizado y alma de robot.
Ese engendro nacido en una noche de tormenta (de tormenta financiera, entiéndase) ha venido en llamarse MERKOZY. Muchos tratan de imaginarse como se materializaría el monstruo si alcanzara el espectro visible. Yo me lo imagino con las características de ambos, pero con corazón mecanizado y alma de robot.