Lo juro. Llevo siglos preguntándome porque los católicos se oponen tan visceralmente al aborto. Vamos a ver, abortar no es algo que se hace por placer, como hacer crucigramas o punto de cruz. Nadie hace apología del aborto como si fuera un derecho. Abortar es una decisión extrema y, sobre todo, un hecho doloroso para la mujer que se halla ante esa encrucijada. Que yo sepa, nadie aborta por hobby. Este es un hecho claro que la Iglesia no acaba de entender, cosa increible. Tienen el aborto como uno de sus caballos de Troya. Argumentan que se está "asesinando" a un ser humano. Puede que sí, puede que no. No es ese el debate. Los abortistas no quieren "eliminar" ninguna vida. Lo ideal es que no se tuviera que llegar al extremo de tener que abortar. El aborto no es un pasatiempo, ni un deporte. Nadie lo tiene como "un derecho", sino más bien como una fatal disyuntiva. Pero los católicos erre que erre con ese tema. Nunca he entendido la mística que rodea tan frontal oposición. Menos en un mundo superpoblado como el actual.
Hoy lo he comprendido por fin. Claro, si todas las mujeres abortaran y no nacieran niños... ¿a quien manosearían los curas? Resulta bastante bochornoso que después de cientos de casos de tocamientos eclesiásticos salgan a la calle pancarta en mano para que no se aborte la vida de sus futuras víctimas.Qué tela.