Buscar en este blog

20141225

Christmas song

Ian Anderson es quizás uno de los músicos que más ha influido en mi ideal estético de la existencia. Cuando era adolescente, su banda, Jethro Tull, era un monstruo que inundaba el mundo con una visión idealizada del mundo medieval. El tipo era un gigante escocés, medio trovador, medio clown, que entretenía a su público de una manera muy peculiar. Pero sobre todo era un supermúsico, que digo, era el Mozart del siglo XX. Lo que dejó este hombre a su paso durante los años 70's es música de calidad plus, cosa que en la mediocridad actual se puede considerar un lujo. Es un legado que no se le ha reconocido jamás. Pero basta con escuchar canciones como Salamander, Skating Away On The Thin Ice Of The New Day, Velvet Green o maravillosas ejecutorias de sentimentalismo visceral como  One White Duck = Nothing At All para concluir que quienes recibimos la herencia de este genial músico escocés tuvimos una inmensa suerte. El buen gusto es un privilegio que no está al alcance de todo el mundo.

Jethro Tull se me escaparon en múltiples ocasiones. Unas veces fue porque habían pasado de moda, otras, porque me cogieron desprevenido. Finalmente, este pasado 7 de julio me pude encontrar finalmente con Ian Anderson. El hombre cuenta actualmente 71 años y ya no tiene la energía de antaño. Se presentaba con una banda muy profesional que le daba apoyo en todo momento. Ni que decir tiene que el sonido fue prácticamente perfecto. Pero aquel no fue el concierto de mi vida. La banda se perdió en un repertorio oscuro que no satisfizo mis expectativas. Además, durante toda la tarde cayó un intenso aguacero que dejó en el ambiente una sensación de tristeza. Ian Anderson parecía tener un pacto con los elementos, pues la lluvia se detuvo justo a la hora del concierto. La desangelada pista de tenis en Pedralbes donde estábamos tampoco ayudaba a crear una atmósfera más cálida. El único momento mágico fue cuando Anderson arremetió Songs from the Wood. A mi me hubiera gustado que siguiera un guión preestablecido en el repertorio acústico de la banda, pero no hubo suerte. Más de una vez he pensado en hacer la recopilación perfecta de los momentos acústicos de Jethro Tull, pero hace poco descubrí que esa recopilación fue editada en el año 2007.

En fin, amigos/as: os quiero desear unas felices fiestas con un tema de este genial músico. Se trata de un tema que refleja lo que es la Navidad o, al menos, lo que debería ser. Es lo mejor que os puedo desear a las puertas del futuro de mierda que nos espera.