El fútbol es una materia que sólo está al alcance de los intelectos más brillantes. Para ser un experto, es necesario leer toda la bibliografía básica: el Sport, el Ass, el Marca y El Mundo Deportivo, sobre todo. Ahí hablan de fútbol las 24 horas del día. Las ruedas de prensa de los entrenadores, directivos, managers y jugadores también aportan información muy útil. Hay que estar muy atento a la clasificación de la liga y a los resultados de la última jornada.
Una de las ventajas de ser un experto en fútbol es que no hace falta practicarlo. El único ejercicio físico requerido es darle con el pulgar al botón del mando de la TDT. Es importante encontrar programas monográficos donde analizan todos los acontecimientos trascendentales que ocurren en el terreno de juego. Las jugadas más interesantes deben ser analizadas con slow-motion y sensores de infrarrojos vía satélite. Cualquier penalti no señalado puede tener consecuencias funestas en el futuro. Si la pelota ha dado en la raya o fuera de ella debe ser aclarado de inmediato. Importante, también, ver todas las tertulias donde se analizan aspectos técnicos y tácticos. Saber por qué todos los jugadores de la barrera se ponen las manos en los huevos es importantísimo para la vida diaria.
Muchas veces los jugadores de fútbol parecen auténticos cretinos. Sobre todo en las entrevistas:
Quéee, Fulanito, has hecho un hat trick, ehhh! Sí, bueno, he marcado tres goles. [Claro] Magnífica actuación, ehhh. Sí bueno, la verdad es que a veces la pelota entra y otras no entra. [Claro] Últimamente estás en racha, ehhh. Bueno, sí, pero nada sería posible sin la colaboración del equipo. [Claro] 29 goles en Liga, ¿te ves en el Balón de Oro? Bueno, hay otros aspirantes con opciones... [Claro]
Semejante cantidad de obviedades sólo las puede decir un subnormal. Pero no. El jugador lo hace para demostrar su honradez y su humildad. En realidad es un superdotado en todos los órdenes. Un estúpido no puede ganar tantos millones, es evidente.
A veces es imprescindible saber responder a cuestiones filosóficas como: Si el golaverage es un handicap, ¿cuántos goles tiene que marcar tu equipo en el partido de ida? Un experto en fútbol no puede titubear cuando le hacen preguntas como esta.
Otra de las ventajas de ser un experto en fútbol es el ahorro en comida y mobiliario. Es sábado y por la tele echan en abierto el partido más decisivo de la temporada. ¡Qué digo, del siglo! En la media parte no hay tiempo para cocinar. Una sola llamada de móvil soluciona ese problema. Un par de whoppers gigantes con cerveza de barril, y de postre unos ganchitos. Anatómicamente, el experto en fútbol no necesita una mesa-camilla para comer en el sofá.
Bueno, a ver si hacen fútbol ya como dios manda...
