En las extensas praderas donde habita el Garrulus Sanguinarium Ibericus pueden hallarse las más insospechadas subespecies. Tal es el caso del taurinus-indie. Es una variedad poco habitual, cercana al taurinus flower-power, de la cual se diferencia por llevar tatuados hasta los folículos de los pelos del sobaco. La verdad es que se trata de una variedad poco prolífica, que tanto puede hacer acto de presencia en una performance tauricida como en un concierto alternativo. Su psique maltratada por los gintonics, dotada tan sólo de dos neurotransmisores hepáticos, y su tendencia a fumar trallos más largos que los de Bob Marley, forman un cóctel explosivo que hacen de esta variedad taurina un ejemplar de vida tan misteriosa como efímera. Al no llegarle suficiente riego sanguineo a determinadas zonas del cerebro, necesita tatuar su cuerpo con escenas de películas gore como "La Matanza de Texas" ("The San Isidro Massacre", en España) El taurinus indie se cree irresistible, pero lo cierto es que su sola presencia suele despoblar los páramos donde vive de otras especies, que huyen despavoridas ante la imagen del horror. Los naturalistas llevan años poniendo cámaras de video en la entrada de su guarida para saber lo que lleva tatuado en el culo.