En la Antigüedad Clásica se imponía un tipo de hombre atlético y proporcionado. Musculatura, la justa. Era el modelo apolíneo y dionisíaco que imperó al menos hasta el siglo XIX. Su lema era: Mens sana in corpore sano.
Eso fue hasta que algún tarao de la actual "cultura de masas" decidió sustituirlo por este modelo Multimorcilla.
Es lo que conocemos como "culturismo", una moda claramente antiestética, enfermiza, narcisista y cutre. La verdad es que da asco sólo de verlo. Es una auténtica mierda.
La palabra mierda es fea, pero no he sido yo el primero en usarla en referencia a esta enfermedad de gimnasio. Hace muy pocos días, en una entrevista reproducida por el diario Ass, el gran impulsor de esta porquería, el actor austriaco Arnold Schwarzenegger, nos sorprendía a todos con unas curiosas declaraciones:
"Cuando me miro al espejo, vomito"
Quizás se está refiriendo a su aspecto actual. Es un hombre de 69 años y toda su dedicación durante años a criar morcillas no le ha servido de nada.
Debería ser un toque de atención a todos aquellos que se han creído el Mito Moderno del Deporte y, en especial, a los que se hinchan de anabolizantes para parecer un Geyperman.
Pero, no. Arnold no se refiere exclusivamente a su aspecto actual. En un alarde de sinceridad añade:
"Después de ganar un Mr. Olympia [Premios de Culturismo] pensaba, ¿cómo puede haber ganado esta pila de mierda? Nunca vi la perfección"
Otras entrevistas añaden:
"No sé lo que la gente veía en ese montón de mierda"
En otra entrevista para la revista 'Cigar Aficionado' afirmó que no se siente, ni se ha sentido nunca, orgulloso de su cuerpo.
Es toda una estacada a la mayor moda monger de la Historia.
