A pesar de ciertos gazapos en el guión con muy poca fidelidad histórica y que en algunos momentos los diálogos son insulsos, "Le Roi danse" [2000] es un espectáculo audiovisual realmente notable. Es obra del director belga Gérard Corbiau y cuenta con la participación de Benoit Magimel [Louis XIV], Boris Terral [Lully] y Tchéky Karyo [Molière]. La segunda mitad del siglo XVII, con su explosión de pecas postizas, erotismo pícaro, afeminamiento, lujo, soberbia, grandeza, perfeccionismo y sofisticación es un marco inigualable para un discurso estético de mucha categoría. Ver película entera en Youtube mientras dure...
El film gira en torno a tres personajes capitales. El rey de Francia, Louis XIV, un monarca absoluto obsesionado por las artes más refinadas. El compositor italo-francés Jean-Baptiste Lully, un hábil cortesano que sabe como nadie trasladar la grandeur de su amado rey a una partitura. Y el dramaturgo Jean-Baptiste Poquelin, más conocido como Molière. Entre los tres protagonizan una revolución estética y moral donde no hay límites para la creación.
El Rey Sol creía seriamente en su caracter divino, por encima de Dios mismo, una fuente de luz, belleza y verdad. Sólo tenía dos cosas en su mente: derrotar a los italianos musicalmente hablando y deslumbrar con su luz cegadora al resto de Europa. La banda sonora de sus delirios de grandeza era Lully, quien no escatimaba talento para satisfacer los deseos del monarca. La banda sonora, por supuesto, es de primera división. La grandiosa música de Lully inunda los oídos en todo momento, aunque también hay margen para otros compositores de la época como Jacques Cordier, Michel Lambert y Robert Cambert.
El Rey Sol creía seriamente en su caracter divino, por encima de Dios mismo, una fuente de luz, belleza y verdad. Sólo tenía dos cosas en su mente: derrotar a los italianos musicalmente hablando y deslumbrar con su luz cegadora al resto de Europa. La banda sonora de sus delirios de grandeza era Lully, quien no escatimaba talento para satisfacer los deseos del monarca. La banda sonora, por supuesto, es de primera división. La grandiosa música de Lully inunda los oídos en todo momento, aunque también hay margen para otros compositores de la época como Jacques Cordier, Michel Lambert y Robert Cambert.
Uno de los momentos más brillantes del film sucede cuando Lully estrena ante el Rey una ópera 100% francesa [en contraposición a la ópera italiana, considerada degenerada y poco varonil]. "Isis" es una obra sublime escrita, como era costumbre en Lully, en clave de tragedia lírica. Se estrenó el 5 de enero 1677 en la corte de Saint-Germain-en-Laye y fue publicada por primera vez en 1719. La historia narra como Zeus [Júpiter] seduce a la ninfa Ío, siendo descubiertos en su nido de amor por la esposa del Dios, Juno. Como compensación Juno exige ser convertida en la diosa egipcia Ísis. La escena está muy trabajada y cuenta con una soberbia interpretación por parte de la ensamble Musica Antiqua Köln, bajo la dirección de Reinhard Goebel. Sobre los 40 segundos del vídeo se halla uno de los pasajes más espectaculares de la historia de la música.