Disparar contra los convencionalismos está demasiado visto. Es una postura crítica que resulta cargante, más que nada porque estar rebelándose contra todo acaba siendo un síntoma de inmadurez. Hay que ser adulto, aceptar la realidad, rechazar los radicalismos, ser equilibrado, sensato, educado, políticamente correcto... Hay que ser aburrido como una hormigonera, plano como una aspirina, discreto como la oscuridad en medio de la noche, simple como un chupete usado, menos original que las moscas que sobrevuelan la mierda... Hay que caminar hacia la tumba de forma anónima, my friends, sin buscar protagonismos numantinos. El cante altisonante ya no se lleva. O si se lleva siempre son otros quienes lo rentabilizan. El mundo es un hamster drogado sin orientación, sin capacidad de rebelión, que engulle palomitas para microondas. El mundo es hortera, vacuo, deleznable; un antro lleno de gilipollas dispuestos a cantarte cualquier milonga increíble que parezca creíble. La palabra divina es "no pasa nada".
En el mes de mayo de 1968 se escribió un grafitti que acabaría resultando profético:
Pues bien: ese mundo ya está aquí. El aburrimiento es la nueva mercancía que cotiza en bolsa. El aburrimiento es la viruela que marca todas las caras. El aburrimiento es la nueva religión de las masas. Ser un gilipollas y no saberlo está muy de moda. En medio de una sinfonía de politonos y realidades virtuales, el planeta Tierra se sume poco a poco en una miseria insustancial. Los gilipollas llevan las riendas de nuestras vidas mientras resuena en el aire su gran cuesco mediático. Disimulan todo lo que pueden, aparentando ser muy listos. Ya sabéis: en el país de los ciegos el tuerto es rey.
Pero no os preocupéis: el Papa Benedicto Licor de Menta os salvará de vuestros pecados. Amén!
En el mes de mayo de 1968 se escribió un grafitti que acabaría resultando profético:
Pues bien: ese mundo ya está aquí. El aburrimiento es la nueva mercancía que cotiza en bolsa. El aburrimiento es la viruela que marca todas las caras. El aburrimiento es la nueva religión de las masas. Ser un gilipollas y no saberlo está muy de moda. En medio de una sinfonía de politonos y realidades virtuales, el planeta Tierra se sume poco a poco en una miseria insustancial. Los gilipollas llevan las riendas de nuestras vidas mientras resuena en el aire su gran cuesco mediático. Disimulan todo lo que pueden, aparentando ser muy listos. Ya sabéis: en el país de los ciegos el tuerto es rey.
Pero no os preocupéis: el Papa Benedicto Licor de Menta os salvará de vuestros pecados. Amén!
(Nota: este "manifiesto" fue escrito en el mes de mayo de 2008 como homenaje al tan denostado, actualmente, Mayo de 1968. No fue publicado debido a la gran cantidad de "homenajes" que salieron publicados en ese momento)