En 1968, The Monkees llevaban dos temporadas con su serie de TV en la NBC. El contenido de la misma, música aparte, era un inocuo y muy divertido mensaje anti-establishment. Musicalmente el éxito les había llegado durante 1966-1968 con una docena de canciones: Last Train to Clarkesville, I’m a Believer, Steppin’ Stone, A Little Bit Me, A Little Bit You, Pleasant Valley Sunday, Words, Daydream Believer y Valleri, entre otras. En 1967 The Monkees vendieron más discos que Beatles y Stones juntos. Pero había un pequeño problema. Eran un grupo de plástico creado exclusivamente para un público prepúber. Contaban con un fantástico staff de compositores a sueldo, entre los que se encontraban Carole King, Neil Sedaka, Neil Diamond, Tommy Boice y Bobby Hart. Pero eran más falsos que un billete de 30 euros. La "banda" no resistía las mordaces críticas conforme a que no sabían tocar. Y la demanda del mercado exigía que aparecieran en directo. Consiguieron a duras penas convertirse en músicos e incluso se fueron de gira por Gran Bretaña en compañía de Jimi Hendrix.
Debido a todas estas presiones el grupo se fue fragmentando. Se perdió la camaradería que los unía contra la mano de hierro de su manager, el tirano Don Kirshner. El cuarteto se venía a abajo y para salvar el barco se les ocurrió que podrían rodar una película, según el patrón de A hard day's night de The Beatles.
El resultado fue Head, una comedia musical lanzada por Columbia Pictures en 1968. Fue escrita y producida por Bob Rafelson y Jack Nicholson. Rafelson se encargó también de la dirección. La película cuenta en su reparto con Victor Mature, Jack Nicholson, Annette Funicello y Frank Zappa, entre otros. También aparecen en pantalla Dennis Hopper y el coreógrafo Toni Basil.
Head comienza con la inauguración de un puente. Un político local lucha desesperadamente con un micrófono que carraspea y se acopla. En vano, intenta dar el discurso de inauguración ante la desesperación de los presentes. Al ir a cortar la cinta roja con sus tijeras, un tipo con peinado afro llega corriendo y la corta con el pecho, como si hubiera llegado a la meta. Trás él viene una horda de hippies, policías y indios. Toda la escena está envuelta en un abrumador concierto de bocinas y sirenas. Acorralados, Micky Dolenz, Peter Tork, Davy Jones y Mike Nesmith [alias The Monkees] deciden saltar la barandilla y lanzarse al vacío, hacia el mar. En las profundides marinas suenan los primeros compases de Porpoise Song y ahí la película entra en una fase submarina y psicodélica. Arrastrados por la corriente los cuatro chicos reciben la visita de una sirena en medio de un frenético destello de colores brillantes. En una escena, The Monkees deciden relajarse un rato de tanta persecución y llegan a un party muy bien equipado, con las correspondientes go-gos. Mike acaba de llegar y se encuentra con tres monjes que le introducen en la fiesta. Es su cumpleaños. Esto sí es un cumpleaños feliz.