Como muy bien dijo Ánsar, catedrático de la Universidad de Gilistown en historia de los moors, "los autores intelectuales nunca hay que buscarlos en lejanas montañas ni en áridos desiertos". Que Ánsar tiene un tornillo suelto todo el mundo lo sabe, pero eso no obsta para que en esta ocasión diera en el clavo. Sobre el asunto del asesinato de JFK se ha escrito mucha morralla acerca del individuo o individuos que apretaron el gatillo, pero muy poco sobre los verdaderos autores intelectuales.
Es un tema bastante más importante de lo que parece. El esclarecimiento de este asesinato y la revelación de los nombres de sus verdaderos autores intelectuales, o inductores directos o indirectos, supondría el desenmascaramiento de la trama criminal de las industrias del acero, militar, petróleo, telecomunicaciones, banca, tabaco, etc, etc etc. Hoy en día es archisabido que John Fitzgerald Kennedy se buscó todos los enemigos posibles y más. Tener más enemigos es prácticamente imposible. Gente muy peligrosa. Gente a la que él llamaba en privado los S.O.B. [son of bitch] JFK es una figura importante, independientemente de su catadura moral y sexual, porque quiso impedir que los S.O.B. gobernaran en la sombra -como vienen haciendo hasta nuestros días-; quiso usar el comodín del público que le habían otorgado los VOTOS. Pero los S.O.B. no estaban dispuestos a ceder privilegios. No estaban dispuestos a dejar de manejar el cotarro desde sus despachos. Y por eso se lo cargaron. Saber quienes compusieron el pitit comité que decidió su asesinato y planificó el golpe de Estado, es un auténtico reto para la Historia y la criminología.
A Kennedy no lo mataron unos francotiradores en Dealey Plaza. Esos no eran más que el último eslabón de una larga hilera de subcontratas criminales. El crimen se gestó en los círculos corporativos empresariales que, ya por aquel entonces, tenían en el dinero público su propia tarta de "mercado". Es decir, que si la United States Steel [un megamonopolio ilegal, o sea, un TRUST de la industria del acero] tenía que dar salida a su megaproducción, el gobierno era su primer y casi único cliente. A tal efecto programaron artificialmente una subida del precio que el gobierno debía pagar por el acero, lógicamente destinado a la construcción de portaviones, helicópteros, etc, con los que pensaban efectuar unas cuantas guerras sin sentido. JFK batalló contra ese mamoneo y con ello pudo firmar su sentencia de muerte. Con la mafia petrolera de los Rockefeller y demás colegas texanos también tuvo sus trifulcas, cuando trató de impedir que explotaran ilegalmente, sin permiso del gobierno, yacimientos situados en plataforma continental. Kennedy opinaba que era el gobierno quien debía decidir quién explotaría esos yacimientos y que los beneficios debían repercutir en las arcas del Estado, es decir, el pueblo norteamericano. ¡Comunista! Ni que decir tiene que después de semejante afrenta intentaron derribarle con unos cuantos escándalos sexuales y una crisis bursátil totalmente artificial. Ambas cosas les salieron rana. No quedaba más remedio que pillar la escopeta y cargárselo.
Por descontado, la planificación del asesinato surgió de ahí. Los Trusts le ordenaron a la CIA, y seguramente también al FBI de Hoover, que montara todo el operativo.Kennedy había dicho una vez que iba a desmembrar la CIA y que esparciría sus pedazos a los cuatro vientos, lo cual no hubiera estado nada mal. Y despidió al mayor chacal que ha habido en la historia mundial, el señor Allan Dulles. Por supuesto, los servicios de inteligencia no se quisieron manchar las manos, ni aparecer implicados en el asunto, así que contactaron con dos de los colectivos colaboradores [vamos a llamarlos así] que más ganas tenían de cargarse al presidente. Concretamente; la Mafia siciliana y la Mafia cubana. Ambos habían tenido cuantiosas pérdidas cuando Fidel, en un glorioso día de 1959, pocos días antes de mi nacimiento, les pegó una patada en el culo y les desmontó el chiringuito de casinos, burdeles y explotaciones de caña de azúcar y tabaco. ¡A robar a otro sitio cabrones! JFK se negó después a "reconquistar" la isla con recursos del gobierno; es decir, con el dinero y las vidas de los ciudadanos. Imperdonable.
En un libro publicado en los años 90's se llega a a asegurar que las dos Mafias subcontrataron a su vez a pistoleros de la Mafia corsa, los cuales habían tenido también cuantiosas pérdidas en Cuba, para que formaran el pelotón de fusilamiento. Lógicamente, con tanto pistolero subcontratado, la investigación hasta llegar a la Standard Oil de Nueva Jersey, la International Telephone and Telegraph,
la General Electric, la United States Steel, la Bethlehem Steel, la American Tobacco, la Electric Bond and
Share, la Banca Morgan, Rockefeller, Mellon, Ford, Dupont de Nemours, Ryan, McCormick, Davis, Lamont, Guggenheim, Hearst, Patterson. y un largo etcétera podría requerir de siglos de investigación. A menos que el gobierno USA desclasifique lo que tiene que desclasificar y YA.
Todo esto y mucho más lo podéis encontrar en el libro "Estos mataron a Kennedy" escrito por el periodista chileno Robinson Rojas en 1964 [un año después del asesinato] Es un interesante libro, disponible en pdf, de rápida y amena lectura, en el cual se puede ver claramente quienes son los principales causantes de la "corrupción política". Antes de salir a la calle a protestar por los "escándalos políticos" hay que tener muy claro que los políticos, en tanto que llegan a serlo y gobernar, son marionetas puestas a dedo por el poder corporativo. Cualquier político al que se le ocurra la genial idea de gobernar sin tener en cuenta los intereses de los S.O.B.'s acaba con dos tiros en la cabeza. Con tanta "denuncia de la corrupción política" lo que se va a conseguir al final es la desaparición del poder público y que sean las multinacionales, directamente y sin barreras, las que impongan sus normas.
Un gobierno, incluso el más corrupto, puede ser sometido a filtros y controles por parte de la ciudadanía. Las corporaciones, en cambio, no las controla nadie. El día que los S.O.B.'s. queden como única alternativa a la "corrupción política" que ellos mismos crean podemos darnos por muertos.