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20130218

Mugre y furia

La generación nacida a finales de los 50’s no nació para decir “estoy muy indignada”, sino para decir “qué te jodan”. Al pan, pan, y al vino, vino. Esto era producto de una educación más dura y espartana. La cuestión consistía en no demostrar nunca tus sentimientos en público. La debilidad, la neurosis y el sentimentalismo estaban totalmente prohibidos. La cursilería, no digamos. Mostrarse vulnerable es lo último que se puede hacer en esta vida. Los más tiernos sentimientos forman parte del ámbito privado.En todo momento se ha de ser duro. Nunca se puede flaquear. Si te rompen el corazón, te lo atas y sigues adelante. Si te cortan una mano, ponte a silbar “singing in the rain”. La procesión siempre va por dentro “No feelings”, esa era la canción que tocaban John Lydon (1956) Steve Jones (1955) Paul Cook (1956) y Glen Matlock (1956) [alias The Sex Pistols] … En el fondo, puede que fuera una educación correcta. 

Los sueños de amor y flores del jipismo acabaron con la generación del punk, es decir: nosotros. Llegamos a los 20 años en la más brutal crisis del capitalismo. El petróleo barato se había acabado. El desempleo galopante había comenzado. Gran Bretaña estaba sumida en un alud de basura y ratas. El resto del mundo, igual. Lo más lógico hubiera sido subvertir el orden establecido y montar una fiesta en la place de la Concorde. Pero lo que se acabó imponiendo fue un show sadomasoquista existencial. Los “institutos de estudios estratégicos” y las agencias de publicidad saben como montar fenómenos mediáticos como nadie. Aún así, el punk era la consecuencia lógica de un mundo desquiciciado que derivaba hacia el nihilismo. La juventud más fea e irreverente de la historia [la nacida entre 1955 y 1960] hacía su aparición sobre el planeta Tierra. Y sin embargo, los Pistols cantaban….
Somos guapos, muy guapos” [Pretty vacant] “Somos flores que crecen en la basura” [God save the Queen]

...refieriéndose a sí mismos y a toda la gente de su generación. Y no les faltaba razón. Gracias a ellos el rock había recuperado su condición de fenómeno tocagüebos, una condición que había perdido debido a su asimilación por parte de la industria discográfica. La banda fue primero expulsada de A&M y después de EMI. A&M les pagó la indemnización por despido el mismo día que iban a firmar el contrato, todo un record. Los Pistols, pese a que fueron absorvidos por la industria con posteroridad, fueron una auténtica banda de rock’n’roll que duró un año justo en Gran Bretaña y fue destruida con la introducción de una yonqui norteamericana como novia de uno de sus miembros. Una estrategia, la de inyectar heroína, que siguó el mismo guión con el resto de la extrema-izquierda europea. “No se trata de una lista negra del MI5, pero hay grupos que no nos gustan. Y yo haré lo que pueda, dentro de la ley, para que no vuelvan a Londres”, declaró un locutor de la BBC en 1977. Esto ocurría después de que esta gloriosa banda londinense descendiera por el Támesis en una barcaza, tocando una canción especialmente dedicada a la reina de de la Gran Bretaña. “She’s a human being?” se cuestionaba la canción. Buena pregunta. 

Hoy toca enlazar el documental “The Filth and the Fury” [La mugre y la furia], un documental de Julian Temple. Lo he visto más de quince veces con especial placer. Fuck!