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20240217

El club de los "opositores" muertos.

La muy oportuna muerte del "opositor" Alexey Navalny ha supuesto un paréntesis ideal para la parte occidental, que ve como la popularidad de Putin sube y la situación militar de su franquicia ucraniana baja. Nada más oportuno que la muerte de un "opositor" para lanzar una ofensiva mediática en toda la regla. Lo que no ganan en el campo de batalla, lo ganan en grandes letras de molde.

Navalny era un opositor virtual que sólo existía en la imaginación del público occidental. En Rusia tenía escaso apoyo electoral.

No se sabe si la muerte ha sido natural o inducida. En todo caso, el gobierno ruso no sale favorecido con la muerte de este "opositor".

Al parecer se ha tratado de un derrame cerebral, con lo que las tesis del motivo de la muerte sólo las sabrá el forense que practique la autopsia.

De todos modos, cabe recalcar que Navalny no estaba en prisión por motivos políticos sino por una estafa a una firma francesa de cosméticos y por montar un esquema fraudulento con los precios de la madera a través de una empresa fantasma.

Obviamente, ya se han visto cientos de artículos acusando a Putin de la muerte de este "opositor". No es nada nuevo, porque al parecer Putin siempre se carga "opositores" que curiosamente nunca suponen ningún peligro político para él.

Uno de los primeros fue el famoso Litvinenko, un tipo que se había "exiliado" en el Reino Unido. Si se le echa un somero vistazo a su wikipedia, se observa que no se trataba en absoluto de un político con un programa y una estructura de partido. No, se trataba de un individuo muy dado a hacer declaraciones altisonantes y poca cosa más. Murió (atención) por un cáncer inducido por polonio 210, una sustancia química que sólo se puede manipular con un traje de protección especial.

La pregunta es: si Putin se quiere cargar a Litvinenko, ¿de verdad necesita usar polonio 210? ¿Alguien se imagina la cantidad de maneras que hay de matar a alguien sin necesidad de ir con un traje de protección especial por la calle y, lo que es más importante, sin dejar pistas?

Otro de los casos llamativos fue el de Nemtsov, otro "opositor". Este fue espectacular porque el individuo fue acribillado a balazos (atención) ¡en la misma puerta del Kremlin! Rusia tiene millones de kilómetros cuadrados, pero si hay que matar a un "opositor" a Putin, ¿qué mejor que en la puerta del Kremlin? ¡Es espectacular! Queda genial para la prensa sensacionalista. Titulares para una semana y media.

Al igual que el amigo Navalny, luego se descubrió que Nemtsov tenía una vida un poco turbia. Su novia era una ucraniana muy sospechosa. Sus negocios con la mafia chechena salieron a la luz. Se le vio borracho en un bar de señoritas. En fin, todos los elementos para un ajuste de cuentas entre hampones. Los que lo mataron eligieron a la perfección el escenario.

Luego vino el caso Skripal, otro espectacular intento de asesinato de un "opositor" por parte de Putin. En este caso, supuestamente se usó en suelo británico otro agente químico: el novichock. Otra sustancia química que sólo se puede manipular con un traje de protección especial.

Este es un detalle interesante, pero surge una pregunta. ¿Para qué los rusos se van a meter en un conflicto internacional usando armas químicas en territorio ajeno? Skripal se puede caer por las escaleras o ser víctima de un atraco callejero casual. Hay medicamentos que causan un infarto y no dejan rastro en la sangre. ¿Por qué precisamente novichock? ¿Y por qué precisamente en el Reino Unido?

Aquí cabe recordar que los rusos también intentaron matar a Navalny con novichock. Entre las 10 mil millones de maneras de eliminar a alguien, los rusos sólo saben lo del novichock. Poco creativos.

El señor Skripal era un agente doble jubilado que no suponía ningún peligro para Putin. No era ningún "opositor" ni podía revelar ningún secreto de Estado. Nada de nada.

Tanto en el caso Litvinenko como en el de Skripal, se observa que ambos ataques se producen en suelo británico, lo que supone un grave contencioso internacional. Estamos hablando del uso de sustancias químicas por parte de una potencia extranjera en el territorio de otro país. Palabras mayores.

Es un absurdo total. Nadie necesita dejar rastros para matar a dos individuos, por lo demás irrelevantes.

En definitiva, dos ataques rusos con sustancias químicas en suelo británico sólo llevan a una conclusión: una operación de la división de propaganda del MI6.

Lo más curioso de todo es que a Skripal y a su hija Yulia (que también se vio afectada por el novichock) no se les ha vuelto a ver vivos. Recordemos que la prensa británica reportó que ambos habían sido hospitalizados y salvado sus vidas. ¿Dónde están?

Una vez más, detrás del fallecido Navalny vemos a los servicios de inteligencia británicos. El Guaidó ruso de Youtube.

Ahora que estaba en prisión con una condena de 29 años, ¿qué peligro suponía Navalny para Putin?

En consecuencia, todo el esquema de "opositores muertos" por el "Régimen putinista" está lleno de lagunas absurdas.

Los británicos, como siempre, detrás de la cortina creando fantasías mediáticas.

Nada nuevo bajo el sol.