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20201107

El gran show de las controversias religiosas

Entre el siglo III y el siglo IV de nuestra era se produjo un debate teológico entre nicenos y arrianos, dos bandas del cristianismo de la época que buscaban la hegemonía de sus tesis religiosas. Lo de "debate teológico" es un eufemismo, por supuesto, puesto que ambos bandos lapidaban a sus rivales como herejes, organizaban cacerías y quemaban los templos de sus rivales. 

Cuando se ahonda en el origen de ese conflicto nos encontramos que unos defendían [algo así como] la consubstancialidad del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo; mientras que los otros decía que de eso ná, que el Padre era Dios, que el Hijo era un subordinado carnal enviado a la Tierra para un fin específico y el Espíritu Santo... ahora no me acuerdo.

Por supuesto, detrás de semejante chorrada debían existir intereses mundanos y materiales, como la obtención de inmuebles, cabras, joyas, tierras, puestos en la administración, etc. Ambos bandos querían el favor del Emperador, un tal Constantino, así que al final decidieron organizar un concilio muy divertido, donde discutieron durante meses sobre el trascendente tema de la consubstancialidad.

En estos días me estoy leyendo un montón de webs sobre la vida de Lutero. Tengo la sospecha de que este nefasto individuo, aparte de estar loco y tener brotes psicóticos, era un criminal de guerra y un antecesor de Hitler. No hay más que ver esta Iglesia Luterana de Berlín llena de simbología nazi

Adolfito preside la pila bautismal

En esto, me he topado con la wikipedia de uno de los alumnos de Lutero, un tal Joachim Westphal.  [En español, Falo del Oeste]

Al parecer, este individuo publicó en 1552 una diatriba cuyo título fue Farrago confusanearum et inter se dissidentium opinionum de coena Domini, ex Sacramentariorum libris congesta. 

Al estar escrito en latín puede parecer serio, pero en realidad se trataba sólo de un sermón dirigido a quienes [atención] ¡¡¡no creían en la presencia de Cristo en la Santa Cena!!! Al parecer, un grupo de herejes erráticos estaba difundiendo la idea de que Jesulín no asistió a la famosa cena con sus apóstoles

A pesar de los múltiples testimonios verídicos al respecto

Vale, sí, no podían echar una foto y subirla al Fakebook, pero el número de pintores presentes en el momento de la cena fue unánime en cuanto a la presencia de Jesulín.

Westphal continuó inundando el mercado con discusiones exegéticas sobre el tema y escribió Iesus non manducare fideum cassolum est, sed aliquamdiu interrogavit macarrunus et caseo qui invitati erant, non grated.  [Jesús no comió fideos a la cazuela, sino que pidió unos macarrones, pero se los sirvieron sin queso rallado] 

Con esto, el alumno de Lutero se enfrentaba con valentía a otro grupo de herejes, que difundía la idea de que Cristo sí estaba, pero que no había llegado a tiempo. Al parecer esa tarde estuvo con María Magdalena, quien intentó engatusarle para pillar un par de pizzas y cenar a solas en el Monte de los Olivos.

Al ver que los herejes pasaban de él y que no había ningún católico a quien matar, Westphal comenzó a escribir sobre el carácter sacramental de la cena en cuestión, y su relevancia como acontecimiento gastronómico, con otro título kilométrico: Collectanea sententiarum D. Aurelii Augustini de coena Domini y Fides Cyrilli episcopi Alexandriae de praesentia corporis et sanguinis Christi.

Mientras tanto, Calvino estaba comenzando a hartarse de que le llegaran notificaciones al móvil. Westphal ha publicado una nueva controversia. 

A priori, Lutero y el suizo Calvino [conocidos "reformadores"] eran coleguis de toda la vida. Calvino había hablado bien de Lutero muchas veces, pero entonces surgió la enésima controversia religiosa de Westphal y comenzó a haber mal rollo.

En 1555, Calvino respondió a la última publicación de Westphal con su célebre Non toquem globus, tangere aut pilae et mordebit caput tuum Exegisitum dixit. [No me toques más los co... con la cena o te arranco la cabeza de un mordisco, exegéticamente dicho]

Hubo una serie de intercambios entre ellos sobre la presencia o no de Jesulín en la cena de los co..., hasta que al final Calvino estalló: 

"Toda tu escuela no es más que una pocilga apestosa de cerdos. ¡Perro! ¿Me entiendes? ¿Me entiendes, loco? ¿Me entiendes, gran bestia?" [ver]

Ni latín ni hostias.

No os perdáis la próxima entrega: Biografía no oficial de Lutero.

Véase también...


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