Mercado y estiercol

El video que hoy os presento es corto y contundente. "Demasiada formación y/o intelectualismo acaban formando gente 'de izquierdas' que se opone a las "ideas" de mercado". El neoliberal que lo protagoniza lo dice bien claro. Un intelectualoide que se ha sudado su nota en una universidad siente envidia del garrulo que ha tenido una simple idea con la que se saca mucha pasta. Como ejemplo de garrulo triunfante podemos poner... a ver...no sé... ¿este?]

Es decir, la hiena que busca su carroña por la vía rápida, es más válida que los más sublimes pensamientos de la mente humana. ¿Y eso del mercado qué es? Básicamente, es la Iglesia del Dios dinero. Es el templo donde la vulgaridad y la mediocridad tienen su sustento y abono. Se ha de ser muy estúpido para glorificar un antro donde la chusma adocenada actúa como ratas drogadas dentro de una jaula, dominadas por la compulsión, la incultura, el marketing y la falta de moralidad. Es sencillamente intolerable que un imbécil sea capaz de salir a un estrado a decir una cosa así. El 'mercado' es como el estiercol, donde la mierda triunfa.

Ciertamente, cuando oigo este tipo de cosas me acuerdo mucho de la place de la Concorde. Ainsss, ¡qué tiempos aquellos! Me acuerdo también del ministro de propaganda del Tercer Reich, Joseph Goebbels, cuando dijo: "La  época extremista del intelectualismo judío ha llegado a su fin", mientras lanzaban libros a una hoguera. Nada que nos pueda extrañar, dado que el neoliberalismo "de mercado" y el nazismo son exactamente lo mismo, con distintos modelos de fabricación del consentimiento. Cuando se exalta el modelo de la simple hiena, cuya sola habilidad es medrar por un instinto de supervivencia más que primario, la raza humana queda reducida a cero. El neoliberalismo gilipollas ha subido a un altar a individuos mediocres como Cristiano Ronaldo o Britney Spears [entres otros miles de subnormales], gracias a la progresiva idiotización del gran público. Corporaciones con enorme poder económico controlan medios de comunicación que se permiten el lujo de condicionar el comportamiento y personalidad de la chusma a su antojo. No es tolerable, de ningún modo, que las mentes más brillantes vivan en un segundo plano, sólo para construir un mundo de donuts, salchichas y fútbol. Creo que no se ha hecho aún la segunda parte de Idiocracia, pero el neolibeGal este ha tenido la amabilidad de hacernos unos spoilers de esos..

La era de la excesiva mercadotecnia debe finalizar. Esta "ideología" caerá. Está previsto su fin para 25 o 30 años, según análisis de los ciclos históricos. Morderán el polvo. Os lo juro por mis muertos.

Ratón, el toro matacanis

Acabo de enterarme con tristeza que el famoso toro Ratón murió en marzo de 2013 por complicaciones multiorgánicas. Este toro nacido en Silla pasará a la historia por su fama de "asesino".

Dentro de su ya tradicional lucha por la erradicación del peinado cenicero, en 2011 el toro Ratón se cobró su tercera víctima mortal. Ocurrió en Xàtiva (provincia de Emidio Tucci), donde el ayuntamiento permite la celebración de festejos donde los canis se juegan la vida inflaos a cubatas.

Con eso de lo toro se quedan to pillaos

Ejjpañña es así, en su indomable difusión de la idio... digo de la cultura. El show veraniego de este "toro asesino" era toda una leyenda funeraria. Las esencias caniculares de la patria se basan fundamentalmente en la Muerte, tal como afirmó la hija de Orson Welles. Esta chica se pasó dos findes en la Costa Brava tocando las castañuelas y diciendo chorradas. "Me encanta España por su aceptación de la Muerte". Y que lo digas, chata.

Ratón era una rara avis dentro del género vacuno en España. Era un toro al que le permitían matar libremente, con el beneplácito del señor Alcalde, la Virgen y la empresa concesionaria. Sin embargo, a pesar de tal explosión de cultura, Ratón sentó un precedente dentro del intricado mundillo taurino. Me explico: resulta que este toro, que ya era mayorcito mientras cometía sus tropelías, desarrolló un particular instinto matacanis gracias al continuo ajetreo al que le sometía su ganadero. Estaba muy solicitado. En los vídeos se puede ver con claridad que Ratón dominaba a la perfección el arte del disimulo. Se hacía el longuis, resoplaba un poco para demostrar lo cansado que estaba, se paraba, miraba hacia un lado y arrancaba por sorpresa hacia el otro, pillando desprevenido al valeroso y alcoholizado cani.

Eso demuestra que los toros asimilan bien el bagaje empírico, con lo que, si en lugar de ser llevados de la "dehesa" a la plaza, siguieran previamente unos cursillos de formación profesional en unas cuantas fiestas de paletos, mejorarían sin duda esos problemas de casta y bravura que últimamente los fisionao tanto deploran. De esta forma, los canis de taleguilla y montera tendrían que demostrar su "arte" con el sudor de su frente, con mayores opciones de entrar en la leyenda torera con los dos pies por delante.

¡Ya basta de toros tontos e inexpertos!

Anna Karina, la actriz danesa que conquistó París

En décadas anteriores existieron mujeres tan guapas que los párpados se quedaban agarrotaos con solo mirarlas.

Tal es el caso de Anna Karina, [nacida Hanne Karin Blarke Bayer, Dinamarca 1940]  Siendo muy joven se desplazó a París, donde se convirtió en la favorita de Jean Luc Godard y de toda la Nouvelle Vague.

Porque yo lo valgo.

Esta increible foto fue tomada en el mercado parisino de Les Halles en 1959. Hoy en día nos puede parecer cursi y kika, pero... que le quiten lo bailao.

La última mujer sobre La Tierra [Last woman on Earth]

Vamos con un cochambroso film de 1960 dirigido por Roger Corman. Estamos hablando posiblemente de la peor pinícula de la Historia del Cine. Es una basura de tal calibre que hay que tener un sentido del humor a prueba de balas para tragársela. Ya basta de publicidad de cintas míticas, icónicas o de culto, de esas que ganan La Palma de no sé donde o el León de Hojalata. La basura también tiene derecho a existir.

La película empieza durante la luna de miel del jactancioso Sr. Gern [Antony Carbone] y su esposa Evelyn [Betsy Jones-Moreland] en Puerto Rico. La primera escena es descojonante. El tío apuesta sin freno en una pelea de gallos mientras su mujer hace pucheritos. Al tiempo que las bestias se descarnan con sus picos, el menda se fuma dos cartones de Winston y se bebe al menos cinco tequilas.

Al final la tía se pone muy pesada y vuelven al hotel. Allí se encuentran con su abogado Martin Joyce [Robert Towne] y deciden que al día siguiente practicarán submarinismo. Pero a ver... ¿el guionista que se había tomado? Un tío capaz de fumarse un paquete de Winston en media hora y una tía más tonta que un tamagotchi no aguantarían siquiera la presión del agua en una bañera. ¡¡¡Por favor!!! Aún así, se pasan como media hora buceando como si estuvieran de compras en el M&H. 

En esta escena, Gern decide cambiar el Winston por el tabaco de pipa

 Para colmo, mientras están debajo del agua una radiación rara mata al resto de la especie humana y ellos son los únicos supervivientes. Curiosamente, este argumento también fue utilizado en 1974 por Manuel de Pedrolo en su Mecanoscrit del segon origen, con lo que podemos dar por hecho que la originalidad sobre el planeta Tierra está al borde de la extinción.

Por supuesto, la mente calenturienta del guionista no desaprovecha la ocasión para plantearnos un triángulo amoroso donde ambos hombres entran en competencia por la churri. Con lo original que hubiera sido que se hicieran güeys o que la tía decidiera meterse a monja. Que poca imaginación, hombre.

El final de la pinícula es previsible. Una serie de ridículas viñetas de comic le dan un culatazo al guión con frases del estilo déjalo, tenía que morir. 

Si le dieron algo en Cannes aún no lo sé.

Bestiarum [#001]

Un bestiario (o bestiarum vocabulum) es un compendio de bestias. Se hicieron muy populares durante la Edad Media en forma de volúmenes ilustrados que describían animales, plantas o motivos orgánicos de la naturaleza. Bestiario - Wikipedia, la enciclopedia libre

Pintura rupestre

Canis Kaiser

Tontosaurus Rex

Sant Gervassic Park

Libélula Asesina

Inanis Palumbra